La radiofrecuencia facial es una técnica no invasiva e indolora que combate los signos de la edad en el rostro y cuello (flacidez, arrugas, marcas…) sin necesidad de cirugía. El tratamiento es similar a un lifting y produce un efecto tensor, gracias a la contracción de las fibras de colágeno que evitan, así, el descolgamiento de la piel. Consiste en aplicar en la piel una onda electromagnética con una gran frecuencia, que el rostro absorbe devolviendo, a su vez, parte de lo que le sobra, en forma de onda reflejada. Es apto para todo tipo de pieles y sus resultados son muy efectivos y visibles con sólo una sesión, especialmente en pieles más maduras, y recomendable como mantenimiento de juventud a partir de los 40 años.
Las sesiones suelen durar en torno a una hora y después de recibirlas se puede hacer vida normal, no hay que guardar reposo e incluso se puede tomar el sol. Es preferible aplicarlas con la piel preparada, es decir, con una buena limpieza de cutis o exfoliación facial unos días antes de realizarla, además de llevar el rostro bien hidratado. Nada más recibir una sesión, los resultados son notables, y el rostro queda muy hidratado y suave, además de más terso y firme.
Se recomienda, al menos, una sesión al mes como mantenimiento, aunque en el primer mes, y como tratamiento de choque, es recomendable recibir una sesión por semana.
Una de mis primas también se la hace desde que tenía 40 o un pelín menos, porque desde siempre parece muchísimo más joven y quería mantenerlo, y la verdad que está fenomenal ella también, se le nota muchísimo. Yo aún no lo necesito, pero después de conocer ya de primera mano 2 casos de éxito, me lo apunto en cuanto pasen unos añitos! Ah, y también es apto para la piel del hombre, que no se libra de sufrir los problemas de la edad!