RADIOGRAFÍA de LA JUVENTUD ESPAÑOLA

Por Joseantoniobenito

RADIOGRAFÍA

de la juventud española

La Fundación SM publicó hace unos meses el informe "Jóvenes españoles 2010", el octavo estudio sobre la juventud española que edita desde 1982. Por su interés y con su permiso publicamos un resumen de algunos puntos de dicho estudio.

Los jóvenes consideran "muy impor­tante", ante todo, su familia, la salud y los amigos y conocidos, los tres únicos aspectos que consiguen superar, en este estudio del 2010, la barrera simbólica del 50%. Justo por detrás de esta, en cuarto lugar en el ranking de prioridades, se sitúan la pareja, ganar dinero, el tiempo libre y ocio, el trabajo y llevar una vida moral y digna; a los que siguen, ya con casi 10 puntos porcentuales de diferencia, los estudios, formación y competencia profesional, y tener una vida sexual satisfactoria. Por último, a la cola de los intereses juveniles, encontramos, como ya venía sucediendo en estudios ante­riores, la política y la religión, sepa­rados de los anteriores aspectos por más de 25 puntos.

Las relaciones con los padres han mejorado considerablemente en los últimos decenios; la familia se con­vierte, cada vez con mayor fuerza, en un lugar privilegiado tanto de gestación de ideas e interpretacio­nes del mundo para el joven como de búsqueda de apoyo y de consejo. Pero, al mismo tiempo, el joven encuentra en la familia su primer y fundamental espacio de libertad y autonomía. Solamente entre 1999 y 2005 el porcentaje de jóvenes que reconocen en sus propios hogares un modelo familiar democrático aumenta del 62% al 69%, al tiempo que se estanca el modelo autoritario y retrocede levemente el permisivo: actualmente un 49% de los jóvenes reconocen poder levantarse cuando les apetezca sin ningún problema, el 64% reunirse en casa con un grupo de amigos, el 58% no ir a comer a casa, el 63% reunirse en casa con su novia o novio, el 73% decorar su habitación a su gusto, el 45% pasar la noche fuera de casa, etc.

Futuro y medio ambiente

El 46'3% de los jóvenes declara su falta de confianza en un futuro pro­metedor y más de uno de cada tres considera que "por muchos esfuer­zos que uno haga en la vida nunca se consigue lo que se desea". Por otra parte, el 62,2% de los jóvenes se declara de acuerdo con la frase "la crisis económica actual tendrá un impacto muy negativo en mi futuro profesional y personal".

Con respecto a los problemas que amenazan su futuro, el paro, con 45,6%, destaca en el primer puesto, seguido de otros aspectos como son: la droga (33%), la vivienda (28,7%), la inseguridad ciudadana (23,6%), la falta de futuro para los jóvenes (21,6%) o el terrorismo (20%).

Por otra parte, llama la atención la disminución de la conciencia ambiental juvenil, aumentando con­siderablemente el porcentaje de jóvenes (de un 25% en el informe de 2005 al 42% actual) que considera que el equilibrio de la naturaleza es lo bastante fuerte para resistir los impactos medioambientales.

En este sentido, aumenta el porcen­taje de jóvenes que consideran que "la inventiva humana (ciencia y tec­nología) asegurará que no convirta­mos la tierra en inhabitable" de 38% en el 2005 a un 52% en el presente.

Justificación de comportamientos morales

Los comportamientos menos justifi­cados siguen siendo, como en ante­riores informes, aquellos que afec­tan a la moral pública y a las reglas básicas de convivencia, especialmen­te aquellos que incluyen la utiliza­ción de algún tipo de violencia, como sucede en los casos del terro­rismo y de la violencia doméstica. Al otro extremo, encontramos comportamientos relacionados con el ámbi­to privado, los que tocan de lleno la posibilidad de elección sobre el pro­pio cuerpo, estilos de vida y formas de unión sentimental.

Integración y participación social

Los jóvenes se manifiestan bastante escépticos con respecto a la integra­ción social; existe un alto grado de acuerdo con la frase "por lo general, es mejor no confiar demasiado en la gente", afirmación que, total o par­cialmente, más de la mitad de los jóvenes hacen suya. Además, el 63,9% muestra su acuerdo con la frase "a la mayoría de la gente le preocupa poco lo que le pasa a los que están a su alrededor".

Con respecto a las instituciones, llama la atención la paupérrima pro­porción de jóvenes que manifiesta tener "mucha confianza" en ellas, siendo las Organizaciones de Voluntariado las más valoradas.

Además, la participación social juve­nil se hunde: el 81% no pertenece absolutamente a ningún tipo de aso­ciación u organización, ya sea juve­nil, cultural o deportiva.

Por otra parte, cabe destacar que disminuye bastante la aprobación de la mayoría de los movimientos sociales desde el 2005.

Política

Una importante mayoría de los jóve­nes, el 56,5%, suscribe "La política no tiene nada que ver conmigo, no afecta para nada mi vida privada". Apenas uno de cada cuatro jóvenes afirma seguir frecuentemente la información política en los medios de comunicación (un 5% menos que en el informe de 2005), y sólo uno de cada cinco (20,5%) hablan o discuten con frecuencia sobre temas políticos.

Además, una mínima proporción de ellos, el 6,5%, participan en algún foro o chat sobre política o, más en general, sobre actualidad social, lo que indica, dada la importancia de este medio para el joven actual, un desinterés generalizado por la cues­tión social.

Menor relevancia aún que el voto tienen, para los jóvenes, tanto las formas de acción política informal más tradicionales, como participar en acciones reivindicativas y de pro­testa o firmar peticiones de recogida de firmas.

Solamente el 12,2% reconoce parti­cipar en "acciones reivindicativas o de protesta", y el 10,8% afirma haber participado en el pasado (un 14,8% menos que en el 2005).

La gran mayoría de los jóvenes com­parten una visión deplorable de la clase política: el 71,4% considera que "los políticos buscan antes sus propios intereses o los de su propio partido que el bien de los ciudada­nos", el 66,7% que "anteponen los intereses de las multinacionales, bancos y grandes grupos de presión a los intereses de los ciudadanos" y solamente uno de cada cuatro (24,9%) considera que los políticos tienen en cuenta las ideas e inquie­tudes de los propios jóvenes.

 

JUVENTUD Y FAMILIA

Los jóvenes siguen valorando a la familia por encima de cualquier otra institución. La familia de origen (cada vez más reducida, con mayores niveles de renta media y donde se pluralizan las formas de vida fami­liar) sigue siendo clave en su proceso de aculturación y formación.

Desde el punto de vista de la cultura familiar, padres e hijos tienden a coincidir en la forma en la que ambos ven e interpretan el mundo. Aspectos como la tolerancia, la secularización o la importancia otorgada a la fami­lia, son altamente compartidos. Las mayores discrepancias se encuentran en la salvaguarda de la privacidad y la autonomía que intentan hacer preva­lecer los hijos sobre sus padres.

Las nuevas generaciones han incre­mentado su poder dentro del hogar a la vez que su propia autonomía. La residencia familiar se ha convertido en un ámbito extraordinariamente cómodo para los jóvenes y en un espacio mucho más tolerante, en el que a su vez todos sus miembros deben implicarse en su manteni­miento. El principal elemento de conflictividad intergeneracional se localiza en la falta de colaboración en las tareas domésticas; donde los padres siguen educando de forma diferenciada a sus hijos y a sus hijas.

El talante negociador de la familia española es uno de los factores determinantes del buen clima inter­generacional existente en su seno. Los jóvenes muestran un alto grado de satisfacción con las relaciones existentes entre ellos y sus madres, padres y las que tienen sus progeni­tores entre sí. 9 de cada 10 afirman mantener con su madre una relación total o bastante satisfactoria, por­centaje que se reduce a 8 de cada 10 en el caso del padre. El tradicional padre autoritario, que no expresaba sus emociones hacia sus hijos y que delegaba su educación en la mujer, está siendo sustituido por otro padre mucho más implicado, emocional y flexible, característico de los nuevos matrimonios. Sin embargo, y al mismo tiempo que los hijos consta­tan una mejora de las relaciones con sus progenitores, también señalan un cierto deterioro en la relación que mantienen entre ellos.

Emancipación y formación de familia

La emancipación forma parte de los proyectos vitales de los jóvenes, pero una emancipación tardía que desean en torno a los 27 años (a pesar de que se casan entre los 31 y 34 años) y que pasa por irse a vivir previa­mente con su pareja. Sólo un 10% de jóvenes entre 21 y 24 años se encuentra en esta situación, cifra aún muy lejana de las existentes en el centro y norte de Europa.

En cuanto a las razones para emanci­parse y dejar el hogar de origen, el primer factor es conseguir un trabajo (52,9%). La segunda razón más esgri­mida es la de terminar los estudios (38'2%), que en esta oleada supera al hecho de conseguir una vivienda apropiada (36'5%), que era la segun­da opción más repetida en 2005.

Pierde peso también la razón de ir a vivir con su pareja, que es señalada en la misma proporción que buscar independencia, y aparece por primera vez mencionada la opción de "ser más mayor".

Los jóvenes prefieren la formaliza­ción de las relaciones a la hora de elegir una forma de convivencia. A pesar de que 1 de cada 5 no tiene aún decidido el tipo de unión por la que optará, un 55,4% elegirá el matrimonio (civil o religioso).

Cada vez se toleran más el divorcio o los emparejamientos entre homose­xuales; sin embargo, los jóvenes siguen dando mucha importancia a las infidelidades, estando menos justificadas que los abortos o las relaciones sexuales con menores de edad.

Todas las formas familiares son váli­das si con ello se consigue la felici­dad, esta es la convicción más impor­tante sobre todo entre los jóvenes urbanos, universitarios y con menor grado de religiosidad. Pero la mayo­ría de jóvenes siguen pensando en institucionalizar su relación de pare­ja, optando por el matrimonio por la Iglesia por encima de la convivencia con o sin papeles, que se convierte en la segunda opción más deseada.

La durabilidad de su unión depende sobre todo de la propia relación de pareja, siendo la infidelidad o la pér­dida del amor inicial las que justifi­can esa ruptura.

En la búsqueda de esta felicidad siguen apareciendo los hijos que no se plantean los jóvenes a corto y medio plazo, a pesar de adelantar su edad de emancipación. La decisión de tener hijos es cada vez más planificada.

Casi 2 de cada 3 jóvenes (64'5%) se encuentran actualmente estudiando (un 53% solo estudian y un 11% estudian y trabajan). Hasta la educa­ción universitaria, 3 de cada 4 jóve­nes han realizado su formación en centros públicos, solo un 25% han estado matriculados en centros pri­vados o concertados.

LAS CREENCIAS RELIGIOSAS

La religión sigue ocupando uno de los últimos lugares en una escala de valoración de las cosas más impor­tantes para los jóvenes. Sólo el 22% de los jóvenes la considera muy y bastante importante. Un 44% de jóvenes dice pensar igual que sus padres respecto al tema religioso, mientras que un 50% piensa distin­to, aunque en diferentes grados.

Algo más de la mitad de los jóvenes españoles de 15 a 24 años (53'5%) se define como católico. Un 2% es cre­yente de otra religión y el resto (42%) se define como no religioso. Se definen como indiferentes al hecho religioso el 16% de los jóve­nes, el 9% como agnósticos y el 17% como ateos.

Excepto para la creencia en Dios (en 2010 el 53% de los jóvenes españo­les dice creer en Dios), no pasa de treinta el porcentaje de jóvenes que acepta el resto de creencias relacio­nadas con la religión cristiana, ni la creencia en la reencarnación.

Para el 35% de jóvenes Dios no exis­te. Un 32% de los jóvenes argumen­ta que es un invento de la Iglesia y los curas, un 31% que es una supers­tición como otra cualquiera y un 24% apela a la existencia del mal en el mundo. En cuarto lugar (casi un 16%) aparece el argumento de tener cosas más importantes en las que pensar y en último lugar (12%) apa­rece el motivo "los científicos dicen hoy que Dios no existe".

La primera exigencia para ser una persona religiosa, según los jóvenes, es la creencia en Dios, seguido de ser una persona honrada y prestar ayuda a los necesitados. En cuarto lugar aparece el rezar.

En cuanto a las prácticas religiosas, casi un 62% de los jóvenes españoles afirma no asistir nunca o práctica­mente nunca a la iglesia. Sólo un 7% cumple con el precepto dominical de ir a misa, un 5% acude a la iglesia una vez al mes y un menor número de jóvenes, un 2%, acude más de una vez a la semana. El porcentaje de jóvenes que dicen no rezar nunca es de casi el 60%.

Un 69% de los jóvenes que se consi­deran católicos o creyentes de otra religión opina hoy que se puede vivir la fe individualmente. Una mayoría de jóvenes considera que la religión es un asunto privado que debe vivirse privadamente, el 50%, frente a un 30% que opina que es una cuestión privada que puede o debe tener una proyección pública.

Actitudes y opinionessobre la Iglesia

La Iglesia es una institución poco valorada. Ocupa el último lugar aun­que mejora respecto a los datos de Jóvenes españoles 2005. Sólo un 3% de los jóvenes considera que en la Iglesia se dicen cosas importantes en cuanto a ideas e interpretaciones del mundo.

Con respecto a la identificación de los jóvenes con la Iglesia, un 20% de los jóvenes dice estar más bien de acuerdo con las directrices de la jerarquía eclesial. Casi un 32% afir­ma ser miembro de la Iglesia y pien­sa seguir siéndolo y un 53% está de acuerdo con que se puede ser parte de la Iglesia sin tener que seguir todas sus directrices. Además, un 53% está de acuerdo en que sin la Iglesia se puede creer en Dios.

Con respecto a sus opiniones sobre la Iglesia, cabe destacar que:

·   Un 40% de los jóvenes afirma que sus normas ayudan a los hombres a vivir más moralmente.

·   Casi el 45% está de acuerdo con que la Iglesia ofrece al hombre un Hogar espiritual y sinceramente religioso.

·   La opinión que genera mayor grado de acuerdo es la que se refiere a la riqueza de la Iglesia, el 76% considera que la Iglesia es demasiado rica.

·   El 64% de jóvenes opina que la Iglesia se mete demasiado en política.

·   Un 75% de jóvenes considera que la Iglesia tiene una postura anti­cuada en lo referente a la vida sexual de la gente.

·   El 58% considera que la Iglesia (con sus directrices) dificulta dis­frutar de la vida.

·   El 56% opina que la Iglesia tiene mucho peso en la sociedad espa­ñola de hoy y un porcentaje menor, el 34%, piensa que tendrá mucho peso en la sociedad espa­ñola del futuro.

No parece que la opinión negativa que los jóvenes tienen de la Iglesia como institución venga dada por las experiencias que han vivido en la Iglesia cercana. Sólo un 10% de los jóvenes dice guardar un recuerdo negativo o muy negativo de sus experiencias con la Iglesia cercana (parroquia, colegio, relación con un cura o religioso, convivencias, peregrinaciones...)

La asistencia a clase de religión ha descendido ligeramente respecto del 2005, pero no podemos afirmar que la valoración sea peor. En 2010, ha aumentado el número de jóve­nes que dice no asistir a clase de religión: casi el 14% frente al 10% del 2005. Sin embargo, la opinión claramente positiva ("me ha servido de mucho") ha mejorado, ligera­mente.

Finalmente, casi un 93% de los jóve­nes afirma que se no se ha plantea­do nunca la posibilidad de la vida religiosa. No llega al 1% el porcen­taje de jóvenes que piensa a menu­do en ello, y casi el 5% dice habérse­lo planteado alguna vez.