Radiografía de la pyme española o enseñándole la puerta de embarque a la crisis

Por Neost

Ya sabemos cómo anda la banca española: tiene el colesterol tan alto como el Empire State y ha sido operada en varias ocasiones a corazón abierto. Ahora, a esperar. Según los médicos, saldrá de ésta. Sin embargo, no sabemos nada de la salud de la pyme patria, ni qué males pululan por ella. A este cometido, el de auscultarla, dedica Sage parte de sus recursos con el estudio titulado “Radiografía de la Pyme 2012″. En el documento se presta atención a tres pilares fundamentales:

- El comportamiento de los autónomos y las pymes en 2011
- El uso de las nuevas tecnologías y su aplicación al negocio como vía de crecimiento y relación con clientes
- Las previsiones para 2012

Desde luego, del estudio se desprende que nuestros glóbulos rojos (pymes y emprendedores) no andan demasiado optimistas con el final de esta crisis, cuya esperanza de vida la sitúan en 2015. Sí, hasta esa feliz fecha el 41,5% considera que continuaremos aguantando esta pulmonía colectiva. Aunque muchos se muestran optimistas con los derroteros del nuevo Gobierno, puesto que el 39% de autónomos y el 35% de pymes piensan que la creación de empresas se simplificará.

Desde luego, si Rajoy se tomara un café con los miembros de este esforzado colectivo se toparía con una plegaria unánime: “Baje los impuesto, señor Presidente”. Ahí es donde muchos sitúan el “Exit” de esta crisis (un 66%).

A pesar de la longevidad de esta pulmonía económica, la mayoría de las empresas entrevistadas reconoce haber mejorado sus datos con respecto al año pasado y, al parecer, esto es achacable a una plantilla más motivada y a que el cliente, hoy más que nunca, “siempre tiene la razón”. Es decir, se le mima más. Además, las empresas sudan litros de imaginación para hallar un producto diferenciado y ofrecer unos precios casi de outlet.

En cuanto a los motivos que se barajan como principales culpables de la pérdida de competitividad, un 41% de pymes aduce una escasa inversión en I+D+I y un 28% le echa la culpa a los empleados y su presunta falta de productividad. Un 18% considera que la culpa no fue del “cha-cha-chá”, como dice la canción de Gabinete Caligari, sino de la falta de formación.

El apartado de las tecnología sigue comandado por los teléfonos móviles tradicionales, con un 61%, aunque los smartphones empiezan a ganar peso en nuestros bolsillos con un 29%, por parte de las pymes, y un 22% en el ámbito de los autónomos.
Parece que el entramado empresarial todavía es una cumbre sin conquistar por las tabletas, dado que sólo un 6% hace uso de ellas, y los autónomos aún son más modestos en su uso: un 4%.

De modo que las pymes y autónomos, los glóbulos rojos y blancos de nuestra economía, tienen una fecha en lontananza: 2015. Ese parecer ser el año de expiración de esta decidida a veranear en la soleada España hasta entonces. Así que no más tintos para ella y que alguien la conduzca hasta la puerta de embarque…