El General Susvín se tomó el trabajo de escanear el folleto de Proyecto Sur (quizás deberíamos escribir “de Pino“) para enviárnoslo en dos partes: definámoslas “tapa” y “contratapa“. La gentileza respondió a nuestra iniciativa de sacarles una o varias radiografías a las piezas de comunicación gráfica que los partidos políticos elaboraron para hacer campaña proselitista.
El tiempo apremia y difícilmente lleguemos a analizar la papeleta de los principales candidatos postulados para jefe de Gobierno porteño. Con suerte, cubriremos mejor la antesala de las elecciones presidenciales.
——————————————————–
A diferencia de lo observado en el folleto de la Coalición Cívica, Proyecto Sur construye su discurso más sobre referencias concretas que sobre conceptos generales. Apellidos (Macri, Filmus, Tomada, Grosso, Schoklender, Palacios, Pedraza), organismos (INADI, INDEK, Legislatura, Consejo de Seguridad), partidos o movimientos (menemismo, los K), engaños (con el subte, con los derechos humanos) son los andamiajes de un escenario pretendidamente nefasto que el Proyecto Sur está decidido a sanear.
La propuesta de cambio parece, por lo tanto, mucho más precisa. La enumeración de antecedentes específicos, que tomaron estado público recientemente, brinda mayor contundencia y elocuencia.
En la radiografía de arriba apenas marcamos la mención de los rivales. Cuando usamos el resaltador para colorear las acciones asociadas a estos actores negativos, el anclaje mencionado se torna más evidente. Queda clara la intención confrontativa del texto y la dependencia absoluta del contexto (sin la mención de las facciones oficiales, el discurso se reduciría enormemente).
“Maltrato”, “mordida”; “asesino”, corrupción”, “pudren todo lo que tocan”, “traiciones”, “rehenes” son las palabras/expresiones más fuertes que contrastan con la vacuidad de la CC. Por si la referencia lingüística no bastara, están las imágenes que en el caso de Filmus funcionan como prueba del delito: muestran al candidato K junto a Carlos Grosso y Sergio Shocklender.
La alusión concreta a la realidad también se da -sólo en la tapa- en el protagonismo acordado al ballotage, instancia inevitable donde se juega realmente el futuro de la ciudad.
Es poco frecuente que un candidato admita, encima por escrito, la ausencia de chances para ganar en primera vuelta. Este reconocimiento intenta expresar no sólo respeto por las estadísticas (eso sí, las “serias”) sino franqueza y transparencia ante una opinión pública cansada de posturas exitistas.
También sólo en la tapa figuran los enunciados con connotación positiva del discurso de Proyecto Sur. Detalle interesante: se proclama “independencia” no en términos de “derecha” e “izquierda” (como en el caso de la Coalición Cívica) sino de “las grandes corporaciones” (llámense políticas o empresariales).
A las infaltables nociones de “honestidad”, “compromiso”, “cambio”, se les suma conceptos en general menos frecuentes como “ética pública y “fuerzas políticas de diversas tradiciones”. También es notable la convivencia entre un registro coloquial (“corré la bola”) y otro más técnico (la intención de cambio verdadero para ponerle fin a una “falsa polarización”).