RAE: Nueva filosofía de acepciones

Publicado el 16 julio 2012 por Peper311262

La verdad es que tenía ganas desde hace tiempo de escribir una entrada sobre este tema, pero no encontraba el momento adecuado. Ayer, sin embargo, viendo el partido de baloncesto entre las selecciones de Francia y España, hablaron sobre los Juegos Olímpicos y las Olimpiadas, y de que la periodista María Escario había creado un hashtag en su cuenta de Twitter para reivindicar que no es lo mismo una cosa que la otra.

Los Juegos Olímpicos son el acontecimiento deportivo que se celebra cada cuatro años, y la Olimpiada es el tiempo entre dos Juegos Olímpicos. De hecho, no coincide el número de Juegos Olímpicos con el de Olimpiadas, ya que los primeros no se celebraron durante las guerras mundiales del siglo pasado. Pues bien, la Real Academia Española de la Lengua Española, da como válido identificar ambos términos en un mismo significado, lo que a los amantes del deporte, y más del deporte olímpico, no nos gusta nada.

Y viene a cuento todo esto porque en los últimos tiempos, y amparándose en una supuesta 'simplificación' de la lengua castellana y adaptándola a los nuevos tiempos que corren, se han admitido auténticas barbaridades como palabras válidas. Entre otras muchas, llaman la atención 'murciégalo' o 'crocodilo'.

Supongo que la dislexia ahora es una virtud en lugar de un trastorno que hay que corregir y a mi amigo Gabriel podré llamarle sin problemas 'Grabiel'... También está recogido como válido utilizar 'asín' en lugar de así. O sea, una burrada 'asín' de grande -abro los brazos queriendo abarcar todo el mundo-, tanto como la desfachatez de quienes se sientan en sus maravillosos sillones e incluyen en el diccionario estas cosas.

Imaginad, por ejemplo, la frase 'Voy a arrebañar el plato de almóndigas'. Queda feo, ¿verdad? ¡Pues es totalmente correcta! Y también lo son las palabras 'arrejuntar', 'dotor', 'sicología', 'radioactividad', 'impreso' como participio... Numerosas palabras y expresiones que siempre fueron una patada al diccionario, y que ahora parece ser el propio diccionario quien las da a nuestra hermosa lengua... Dentro de poco aceptarán 'amoto', 'afoto', 'arradio'..., aquellos términos con los que hacíamos chistes de críos en el colegio. Y por supuesto, desde aquí voy a reivindicar que aquellas palabras que aparecían en una jota manchega que decía: Decimos en La Mancha 'prefectamente', 'hespital' y 'menistro', 'coroque' y 'pueque'... se acepten como es menester, ya que estamos aceptando cualquier cosa. ¿No os parece? Además, dentro de poco se meterán con los participios, eliminarán la 'd' y habremos 'habláo' o 'comío'... ¡En fin! 

Y los barbarismos... Vale, acepto 'güisqui' porque no hay una palabra castellana para definir este licor, y no me parece mal que se 'españolice' fonéticamente. Pero, ¿y 'bluyín'? ¿Quién se compra un 'bluyín'? ¡Que yo sepa, en España compramos 'vaqueros'!

Por último, me viene a la mente un término que cada vez escucho más aunque no lo recoge el diccionario -todavía- y que estoy deseando que se admita. Se trata de 'truño' -una mierda como el puño, que dicen algunos- y que es en lo que se está convirtiendo el Diccionario de la RAE, o mejor dicho, en lo que lo están convirtiendo. Una de las acepciones debería remitirnos al Diccionaro, ¿no creéis?

¡Ah! Y antes de que se me olvide, por supuesto que sigo con mi cruzada contra los errores ortográficos, sintácticos y semánticos en los libros que leo, pero eso sí, desde ahora tendré muy cerca el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua Española, no vaya a ser que el errado sea yo y meta la pata al criticar una expresión que admiten las cabezas pensantes que pueblan los sillones con nombre de letra, ya sea mayúscula o minúscula.

Y una vez desahogado, me voy a ver si preparo unas croquetas -afortunadamente todavía no han llegado las 'cocretas'- para la comida de mañana.... ¡Qué a gusto me he 'quedáo'!

 

Foto de portada: Paul Lowry