Permítanme que les cuente un secreto. Me encanta el tenis, lo practico habitualmente y soy admirador de Rafa Nadal desde octubre de 2003, cuando la organización del Master Series de Madrid de tenis le concedió una invitación (wild car) para intervenir en el torneo. Tenía 17 años y era una promesa en ciernes dentro del panorama internacional. Antes del debut, MARCA promovió unas sesiones de entrenamiento con el joven jugador de carácter promocional, en las que logré incluir a mi hijo, unos meses más pequeño que Rafa y también jugador de tenis, aunque con notables diferencias de nivel.
Permítanme que les cuente un secreto. Me encanta el tenis, lo practico habitualmente y soy admirador de Rafa Nadal desde octubre de 2003, cuando la organización del Master Series de Madrid de tenis le concedió una invitación (wild car) para intervenir en el torneo. Tenía 17 años y era una promesa en ciernes dentro del panorama internacional. Antes del debut, MARCA promovió unas sesiones de entrenamiento con el joven jugador de carácter promocional, en las que logré incluir a mi hijo, unos meses más pequeño que Rafa y también jugador de tenis, aunque con notables diferencias de nivel.