IRONÍA DEL CAUCE
En esencia, soy lo que me dejo ser;
soy rama en la mano que aprieta,
pongo el afán en mis intentos ofendiendo al
amasijo con difíciles hábitos.
Todo ser se incrementa con el llanto,
invierte el género para rehacerse viendo la cima
como un
taburete, inofensivo,
aprisionado en sus cuatro perneras, confundido
y azaroso
en el mayor de los logros.
Todos queremos mitigar la sed olvidando que
sin vaso
ríen igualmente las amígdalas del cauce.
Amarte es perderme el respeto,caer de nuevo en el vagabundeoque tanto nos gusta,y no es plan de ser feliz así,tan de repente.
Rafael Saravia. Eón. Ediciones del 4 de agosto, 2014.