Las escasas noticias de aquella primitiva parroquia, asentadaen la explanada de la actual ermita, las encontramos en un catálogo de objetos de 1504, en el libro primero de fábrica de la parroquia de San Sebastián, en el folio 4, con el nombre de “bienes de la iglesia vieja de Santa María”.
Su redacción se debe al mismo mayordomo de la parroquia de San Sebastián quien anota separadamente las propiedades de ambos edificios.
Debajo de uno de sus tres altares fue enterrado el pastor Pablo Tardío en 1293.
Los informes más remotos sobre el aparecimiento de la imagen y demás sucesos con ello relacionados, los debemos al escrito del entonces cura teniente de la parroquia de Méntrida, don Braulio Gómez, quien conoció personalmente a Pablo Tardío, “al que traté por el tiempo de diez años con mucha mesura a este pastor, que en sus hablas nunca hablaba de otra cosa que del aparecimiento de Nuestra Señora, e de esta su milagrosa Figura, e siempre lloraba.
En su relato –manuscrito en cinco hojas de pergamino– don Braulio dejó anotados los diversos episodios sobre las apariciones de la imagen en 1270 a Pablo Tardío en Berciana, dando detalles sobre la comunicación de Pablo a los sacerdotes y a la justicia de la aldea, las contrariedades que sufrió el pastor, el hallazgo de la imagen en presencia del pueblo y su traslado a Méntrida, colocada en la parroquia “en donde hoy se venera con mucha devoción, no sólo de todos los vecinos de este pueblo de Méntrida, sino también de otros lugares circunstantes y distantes, que vienen cada día a hacerla fiestas, a tributarla cultos y veneraciones y a pedirla en sus necesidades remedio, con quienes ha hecho muchos milagros”.
Con la presencia de la imagen de Berciana en la parroquia de Santa María, su culto experimentó un significativo aumento entre los humildes habitantes del lugar y de otros pueblos, atraídos por la fama de ser imagen milagrosa, venerándola en un principio con la advocación de Santa María de Bercalia (Berciana) y después con el título de Nuestra Señora de la Natividad.
Cuando las funciones pastorales pasaron a la actual parroquia de San Sebastián Mártir –tal vez a mediados del siglo XV-, el viejo edificio quedó únicamente como morada de la Virgen de la Natividad hasta la inauguración de la nueva ermita en 1653.
Algunos años antes –en 1624- el obispo auxiliar de Toledo don Luis de Requeséns reconcilió el cementerio de Santa María alrededor de la parroquia. En 1633 la sagrada imagen fue acomodada en un buen retablo, obra del maestro toledano Eugenio de León, que pagó Gabriel Moreno, siendo iluminada constantemente con sendas lámparas de plata regaladas por Magdalena Mayoral en el mismo año.
Para refrendar y perpetuar la tradición del aparecimiento, y como aportación a los solemnes actos que se organizaron con motivo de la inauguración de la actual ermita en septiembre de 1653, se recogieron diferentes testimonios de las personas que oyeron a sus antepasados cómo ocurrió la aparición, ordenados en un libro titulado “Declaraciones del Aparecimiento de Nuestra Señora de la atividad”, en sus 31 folios manuscritos.
El contenido de las “Declaraciones” –también conocidas como “Información Jurídica”– están acordes con el libro de Fray Luis de Solís, religioso de San Francisco de Paula del convento de Camarena, estante en Méntrida entre 1722 y 1737, escrito en 1734, nominado “Historia del prodigioso aparecimiento de la milagrosa y soberana imagen de Nuestra Señora de la Natividad, venerada extramuros de la villa de Méntrida”
Fuente: http://www.mentridanatividad.com/images/LIBRO2.pdf