Crítica. Música. –“Raíces profundas”5º Aniversario Folc RecordsWhippoorwill, Oviedo.Viernes 24 y sábado 25 de mayo de 2014.Celebraba el sello Folc Records su quinto año de vida con un estupendo y muy recomendable festival de dos días en la ciudad. Su buen gusto, del que algunos deberían tomar ejemplo –esos que reparten premios y siembran oportunistas festipremios, por ejemplo- nos brindó la oportunidad de disfrutar de un montón de muy interesantes bandas que trabajan sobre las raíces del rock desde muy diversas vertientes.Abrió la sesión del viernes, con una entrada rozando el lleno, One Hand Man´s Band, grupo unipersonal donde se maneja con guitarrazos que extraen esencias olvidadas entre Hazil Adkins, Bo Diddley e incluso los Cramps. Cuarenta minutos en el filo del rock que busca en el blues más salvaje. Toda una epopeya física, donde el hombre también maneja el timbal base con su pierna izquierda y el bombo con la derecha. La resultona sesión anima lo suficiente para entrar en calor. Daddy Long Legs, que ya habían tocado en la ciudad dejando un muy buen recuerdo, entraron a continuación, inflamados de un rock que tan pronto puede traer imágenes del más alcohólico pub-rock, como del rock de raíces a lo Black Crowes, lo que seguro le sugireron a alguno sus pintas con americanas aterciopeladas. Su cantante es un showman imparable, que desorbita los ojos como si estuviese poseído por el espíritu del eminente Lee Brilleaux, e inflama el escenario a golpe de armónica para no dejar piedra sobre piedra. Todo un espectáculo para dejarse contagiar. Terminaron el viernes Guadalupe Plata, trío de renovadores del blues alzados al súmmum de la modernidad por vaya a saber usted qué capricho. Se les vio henchidos de autocomplacencia con párrafos interminables de papilla bluesera en clave jam atmosférica que, personalmente, me decepcionaron. Ensimismados hasta el hastío, desnortados en una postura monocorde y sin demasiada miga. Quizás el precio a pagar cuando se convierte uno en lo más.Para el sábado nos esperaban Peralta, cuarteto asturiano con el inserto leonés de Juancho López (histórico de Salamanders, The Crepitos, Bummer, The Bright, Paul Collins Beat), una maravilla para los sentidos donde se citan Byrds con Big Star, Teenage Fanclub con Buffalo Tom, para componer un homenaje al más melódico rock de guitarras. Una delicia para los sentidos, verdadera bendición sonora de un pop perdido en el tiempo, pero que, rescatado con su convicción y con el talento del enorme Ángel Kaplan, el no menos grande Pibli González -¡cuánto tiempo sin ver a un batería cantar!- o el esencial Marcos Montoto, eleva a la máxima potencia un concepto hermoso para disfrutar y sentir. La celebración, con menos público que el día anterior –los fastos futboleros no perdonaron- se cerró con The Pulsebeats. Como se dice en estos casos, que cumplan muchos más y con tan buena salud.MANOLO D. ABADFoto: PACO WALKS SOFTLYPublicado en la edición papel del diario "El Comercio" el martes 27 de mayo de 2014