Tenemos a un joven que, por trabajo, tiene que dirigirse a una residencia en busca de una buena historia contada por los residentes. Una historia que pueda dar algo de vidilla a la revista en la que trabaja, que está un poco de capa caída.
El grueso del libro esta dedicado a esta serie de relatos que le van contando los ancianos, unos mas "idos" que otros. Unos relatos de los que no se sabe si son realidad o ficción. El caso es que, al principio, y como todo era novedad, me resultaba bastante entretenido el transcurso de la trama. Pero a medida que leía los relatos de los ancianos, que no estaban mal, veía algo que no me gustaba; y es que todos relataban las historias como si de unos intelectuales se tratara. Me resultó muy poco creíble que todos los allí presentes tuvieran un vocabulario tan cuidado y contaran unas historias tan bien contadas, a la par que, casi, poéticas.
Lo que me falló fueron los personajes que, por lo que he comentado anteriormente, me parecieron algo planos. Tan solo se diferenciaban en los nombres, pero una vez comenzaban a relatar, parecía que era la misma persona la que lo hacía, por la manera de expresarse.
Este fue uno de los motivos que me llevó a dejar a medias el libro. Porque sí, lo dejé a medias. No lo pude terminar y no se si lo retomaré más adelante.
A su favor puedo decir que es un libro muy bien escrito, con un vocabulario muy cuidado, que, seguro, gustará a muchos, pero no ha sido mi caso.
Raíces sueltas// Joaquín Muñoz Calero// Sinopsis// 302 páginas// Bubok// booktrailer//