Algunos apostaban por especies autóctonas (encinas, robles, melojos, sabinas, enebros,…). Hoy es la tesis que defienden ecologistas y forestales.
Otros consideraban que había que utilizar especies de rápido crecimiento y adecuadas a suelos pobres en agua y nutrientes: pinos. Sus argumentos, además de estos era que sus raíces sujetaban la tierra y además generaban ingresos por la explotación de la madera.
Pero la realidad es tozuda, como demuestran estas imágenes. Robles y pinos conviven en algunos sitios; ¿a quien corresponden las raíces visibles? ¿Realmente los pinos sujetan la erosión en la medida que se esperaba?
Tenemos dudas. Juzguen Vdes.
Lar-ami
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