Rainer Maria Rilke: Sonetos a Orfeo (primera parte)

Por Fruela
XVI
Amigo mío, tú estás solo, porque…
Con palabras y apuntando con el dedo
nos apropiamos, progresivos, del mundo –
quizás el trozo más débil, arriesgado.
¿Quién apunta con el dedo a un olor?
Pero de las fuerzas que nos amenazan
sientes tú muchas… Conoces a los muertos,
te asustas ante el conjuro.
Mira, se trata de mantener juntos
trozos y telares, como si fueran todo.
Será arduo ayudarte. Y además: no te plantes
en mi corazón. Crezco deprisa.
Pero la mano de mi Señor te guiará diciendo:
Aquí. Este es Esaú en su piel.
(Traducción de Fruela Fernández)