Rajoy el funambulista

Publicado el 06 septiembre 2016 por Cronicasbarbaras

Mariano Rajoy además de subir y bajar las escaleras simultáneamente, lo hace saltando, en pie como los bailarines sobre el pasamano, con intención de volver a la cumbre del rascacielos, la mayoría absoluta.

Véalo usted, sube sobre esa fina madera, a un lado las escaleras, al otro el hueco, el vacío hasta el suelo, y él continúa con sus malabarismos entre ambos espacios, de saltimbaqui de pasamano, como lo ha sido al nombrar a José Manuel Soria director ejecutivo del Banco Mundial representando a España.

Soria fue ministro de Industria, Energía y Turismo desde la llegada de Rajoy al Gobierno hasta el pasado abril, cuando dimitió por aparecer en los Papeles de Panamá como titular de cuentas cuyo origen “no recordaba”.

Mariano Rajoy reta a todos recuperando ahora a este miembro del elitista cuerpo de técnicos comerciales del Estado, lo que ofende e irrita a los jóvenes cachorros y a los críticos del PP, a su aliado coyuntural, Ciudadanos, a los socialistas, y al populismo podemita.

A las corrupciones anteriores súmense las recientes, aunque presuntas: la de la exalcaldesa de Valencia, ahora senadora, Rita Barberá, tampoco implicada en nada ilegal, pero que estuvo rodeada durante varios lustros de equipos aparentemente corruptos.

Rajoy ha defendido a Barberá igual que a Soria: no hay una acusación contra ellos. Ciento, pero sí sospechas. Promocionarlos es hacer malabares sobre el abismo.

Tampoco hay acusación judicial contra el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, al que grabaron con el fiscal anticorrupción catalán estudiando cómo investigar la obvia corrupción de los políticos separatistas catalanes.

Un espionaje conveniente que los independentistas denuncian por ilegal,. La destitución debería haberse producido por incompetencia: que graben los secretos del jefe de los policías es de inepcia absoluta.

Pero Rajoy sigue con su malabares sobre el vacío. Cree que no se matará cayéndose. Es posible: según las encuestas, y aún rodeado de sospechosos, salta sobre una oposición inmadura y sube y sube para volver a la cumbre, esa absoluta mayoría (ciudadana).

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