Todo ello gracias a los sobresueldos en “b” pero también a su carácter austero para lo suyo, casi rayano en la avaricia (son célebres sus calcetines roídos captados por un fotógrafo), pero despilfarrador para lo público, a decir de quienes lo han oído justificar la millonaria deuda y gasto de las autonomías y de quienes lo conocen bien: el alquiler de su primera casa, situada en una céntrica calle madrileña y compartida con un profesor de Universidad, hoy conocido catedrático de Derecho en Madrid, es todo un misterio. Para unos la pagaba la tesorería de Génova 13, para otros era sufragada a partes estrictamente iguales, como cualquier estudiante.
Detrás de sus silencios, muecas faciales, tics nerviosos y a veces temblores de piernas, se esconde un hombre dubitativo que utilizó un logopeda también pagado por el partido. Para la historia queda aquel momento en que, al borde de un ataque de nervios, deambulaba por los pasillos del Congreso y tuvo que ser su paisana, la ministra Ana Pastor, la que le corrigiera sus pasos, pues iba directo a los despachos del Grupo Socialista en lugar de al hemiciclo. “¡Mariano, Mariano, que eso es el PSOE!”, captaron las cámaras. También fue memorable su “lapsus” cuando confundió Perú con Cuba en un acto diplomático.
Los “años oscuros” de Rajoy en Madrid hasta que lo hacen vicesecretario del PP nacional en abril de 1990 son de una opacidad escamante y de una ociosidad manifiesta. Cuando llega al Congreso se adscribe a la comisión de Justicia y a la Constitucional, que es la que menos se reúne al cabo del año. Sorprende que pidiera una comisión que es tradicional “cementerio de elefantes” cuando tenía solo 31 años, lo que evidencia que el rutinario trabajo parlamentario le fatigaba. De ahí que sus enemigos internos acuñaran el calificativo de “vago” para definirlo. Ya en la siguiente legislatura repite estas escasas labores, y salvo 8 meses (con largo verano de por medio) que preside la comisión de RTVE, Rajoy pasa más tiempo fuera que dentro de la cámara. A la siguiente legislatura, abandona la comisión de Justicia por la más plácida de Administraciones Públicas y ya desde entonces no vuelve a pisar una comisión parlamentaria, pues la de Reglamento y la Diputación Permanente son instituciones que se reúnen muy pocas veces.
Fuentes:La casa de Rajoy en Aravaca cuesta 1,5 millones de eurosLos peores momentos de Rajoy: la carta de Gabriel Elorriaga, el primer dirigente del PP que lo caló.El logopeda de Rajoy le corrigió las eses.Los calcetines roídos de Rajoy
Fuente:http://espiaenelcongreso.wordpress.com/2013/07/16/rajoy-llego-como-diputado-alquilado-y-hoy-disfruta-de-pisos-chales-y-mucho-dinero-bancario-sin-creditos/#more-1809