Rajoy miente de nuevo: en 2013 no habrá mejora alguna de la economía

Publicado el 08 enero 2013 por Franky
Rajoy miente una vez mas y lo sabe cuando afirma que el año 2013 será mejor que el 2012 y que la recuperación será visible en la segunda mitad del año. El único vaticinio solvente es que la economía seguirá en caída libre porque el gobierno del PP no solo no hace nada por remediarlo, sino que arroja leña al fuego de la crisis al negarse a adelgazar un Estado que, plagado de enchufados y de instituciones y empresas inútiles, se ha convertido en un pozo sin fondo que arrastra a España hasta el abismo. Además, al subir los impuestos, incrementar los recortes y eliminar ayudas y ventajas fiscales del pasado, lo que el gobierno logra es hundir mas el consumo y alimentar la injusticia, el desempleo, la pobreza y el sufrimiento de los ciudadanos.

Es la alemana Ángela Merkel la que se ha atrevido a decir la verdad al vaticinar que el 2013 será peor que el 2012 en toda Europa.

A los franceses les está ocurriendo lo mismo que a los españoles: votaron a Hollande porque estaban hartos del fracasado Sarkozy, pero ahora descubren que votaron a una inepto mayor. En España, Rajoy obtuvo mayoría absoluta porque millones de españoles creyeron que el PP era un eficaz antídoto del zapaterismo, pero el nuevo gobierno de derechas resultó un fiasco mayúsculo, casi tan sucio, injusto, ineficiente y falso como el anterior gobierno socialista.

La gente está descubriendo con terror y desesperación que "los otros" son "los mismos", una realidad frustrante que destruye el valor de la "alternancia" en el poder.

El último barómetro del CIS, dado a conocer el 4 de enero, refleja con claridad meridiana el pesimismo, la distancia y la falta de confianza de los españoles en sus gobernantes. Los ciudadanos duplican su preocupación por la corrupción y el fraude y creen masivamente que la economía no mejorará en 2013, como asegura el gobierno.

La economía española está atrapada en un callejón sin salida y se hundirá cada día mas hasta que el gobierno decida afrontar la única gran reforma que el país necesita: acabar con los cientos de miles de políticos enchufados y colocados a cargo del erario público sin que aporten nada al bien común. Mientras los partidos gobernantes se resistan a echar a sus amigos parásitos del paraíso estatal, España no tendrá remedio. Las exportaciones aumentarán porque las expulsiones y bajadas de sueldos han abaratado los productos que se exportan, pero ese incremento, el único que se producirá en la economía, no compensa el hundimiento del consumo interno y, sobre todo, el inmenso peso del irracional Estado que han creado los políticos y que lo mantienen en contra de la razón y de la voluntad popular.

La ciudadanía española, cuyo peso en las decisiones del poder es nulo, se ha convertido en rehén de una casta política deplorable e indecente, que ha eliminado del sistema cualquier rasgo de democracia, convirtiéndo a España en una dictadura de partidos y de políticos profesionales arrogantes, egoístas y corruptos.

Afirman los políticos que la corrupción está retrocediendo en España. Deben decirlo porque ya han saqueado las cajas de ahorro y parte de las arcas públicas y, al haber menos dinero, se roba menos, pero ignoran que, en democracia, el núcleo de la corrupción no es el robo ni el saqueo del erario, sino no otorgar prioridad absoluta a la defensa del bien común y el interés general. En la España de Rajoy y de Zapatero, el interés general ha quedado relegado a un segundo o tercer plano y la clase política, con un descaro indecente, se ha habituado a anteponer, una y otra vez, sus propios intereses y los del partido al bien común, lo que significa la vigencia de un sistema ilegítimo, inmoral y execrable.