Dos sondeos publicados este fin de semana no sólo desmienten al presidente del PP y del gobierno español cuando afirma que España le apoya, sino que revelan el profundo descontento que anida en una sociedad española cansada de sorportar a políticos que en lugar de gobernar con justicia y sabiduría la nación, la están empobreciendo, degradando y conduciéndola hasta el sufrimiento, la derrota y el fracaso.
Cuando afirmó recientemente que la mayoría silenciosa de los españoles, la que permanece en sus hogares cuando las minorías protestan en las calles, le apoyan, mintió y quiso apropiarse, de manera inmoral, del silencio de la sociedad, algo habitual en políticos de escasa envergadura y solvencia ética.
Dos de cada tres españoles se sienten decepcionados por el Gobierno de Mariano Rajoy y la mitad considera que debería presentar su dimisión. El 28% de los que votaron por Rajoy en las elecciones dicen sentirse arrepentidos de la decisión tomada.
Los datos corresponden a una encuesta realizada por Sigma Dos para Telecinco. Sus revelaciones se aunen a las de 'El País', que, basado en su último Barómetro de Metroscopia, titula a cuatro columnas en portada: "La crisis acentúa el malestar contra Gobierno y partidos".
Hasta el 67,8% de los entrevistados para Telecinco se sienten "decepcionados por Rajoy" debido a lo ocurrido en estos diez últimos meses desde su triunfo el pasado 20-N. Más de dos de cada tres españoles estarían defraudados por la actual situación del Gobierno, mientras que apenas un 27,9 declara no sentirse defraudado por Rajoy y su equipo. El 4,3% restante responde, simplemente, "no sabe / no contesta" a la pregunta realizada.
Además, el 47% de los encuestados consideran que Rajoy debería presentar su dimisión en este momento, mientras que un 38,7 opina que no debe cesar en el cargo como máximo representante político español.
En otra pregunta, realizada únicamente a los votantes del PP en los últimos comicios generales, el 68,7% de los mismos asegura no arrepentirse de haber otorgado su sufragio a dicha formación, mientras que un 28,7% de los mismos sí se arrepiente de la decisión tomada.
Una de las conclusiones del sondeo hecho por Metroscopia para el diario del Grupo PRISA es que dos de cada tres ciudadanos españoles apoya los argumentos de la protesta del 25-S y el 91% augura más manifestaciones. La mitad de los encuestados asegura compartir los argumentos de la convocatoria y también las manifestaciones, lo que no coincide con la valoración del presidente del Gobierno en la que daba a entender que la mayoría la forman los españoles que se quedan en casa porque apoyan al Ejecutivo. Hay otro 27% que está en sintonía con los motivos de la protesta, aunque no con que se celebrara esa manifestación, en las proximidades del Congreso de los Diputados.
'El País', en su análisis general, interpreta que las encuestas de Metroscopia muestran que ya la mayoría de los ciudadanos son partidarios de cambios en la Constitución, en las instituciones y en el modelo de Estado.
Otro dato inquietante que los políticos españoles, habituados a ignorar y a despreciar a la opinión ciudadana, deberían tener en cuenta es que una amplia mayoría de españoles cuestiona el Estado autonómico. Hace dos años, predominaban de forma clara (58% frente a 37%) quienes pensaban que la Constitución solo precisaba retoques parciales, pero ahora los porcentajes se han invertido. Un 49% pide reformas y cambios profundos, mientras que el 44% se queda en los retoques parciales.
Rajoy es ya, con gran diferencia, el presidente de gobierno español que más se ha deteriorado en el poder y que lo ha hecho mas rápidamente. Zapatero, que llegó a acumular índices de rechazo superiores, necesitó cuatro años para desplomarse y ser rechazado, pero Rajoy lo ha conseguido en apenas 10 meses y superará a Zapatero muy pronto, si continúa el actual rítmo de desgaste.
Las encuestas, por últimos, revelan otra verdad negada siempre por los políticos: que el rechazo a Rajoy y a la clase política en general no es un fenómeno pasajero y adscrito únicamente a la crisis y a la rabia que producen los recortes y las subidas de impuestos. El rechazo a los políticos es mucho más profundo y afecta a la corrupción, la injusticia, el abuso de poder, la arbitrariedad y la torpeza, atributos que el ciudadano achaca a una clase gobernante española considerada como una de las peores del mundo occidental.