La pregunta del millón es ¿cuántos negritos trabajando, en África o en cualquier otro sitio, por ejemplo, aquí, en España, son necesarios para que Rajoy, el hombre que nos va a gobernar próximamente no sabemos por cuanto tiempo, cobre la mitad de los 3 millones de pesetas mensuales que devenga el registro de la propiedad de Santapola, uno de esos enclaves de oro de la costa alicantina, del que él es titular, más el millón de euros mensual que tiene asignado como presidente el PP, más lo que percibe como diputado del Congreso, etc., etc., que sólo Dios o el Diablo saben lo que este pobre hombre recoge con la mano tonta al mes, porque, además, declara un buen número de propiedades inmobiliarias que pueden hallarse convenientemente alquiladas, o yo que sé, y todo este dinero me dirán ustedes que no lo tiene porque, si no, lo declararía a Hacienda, y yo les respondo que hay una cosa que se llaman cajas de seguridad de alquiler en los sótanos de los grandes bancos, que pueden hallarse llenas a reventar de billetes de 500 euros como aquellos que llevaba encima el Tesorero del PP, creo que eran 300 porque, dijo, que iba a comprar un cuadro en una subasta de arte?O sea que Rajoy, el hombre que no cree, que abomina de la igualdad, porque ésta es la madre de todas las desdichas sobre la Tierra, tal como demostrábamos ayer, con 2 artículos suyos, publicados en El Faro de Vigo, no es, como el esencial capitalista que resulta, sino uno de los máximos culpables de esa ola de recesión que absolutamente incontenible lleva azotando al mundo 3 largos años ya, de tal modo que a los inteligentísimos electores españoles no se les ocurre otra cosa que elegir al zorro para que cuide de las gallinas o a un pirómano esencial para que actúe de bombero, seguramente por ese atavismo nuestro que nos impulsaba a gritar cuando alguien nos acusaba de que tenemos naturaleza de auténticos esclavos aquello de “¡vivan las caenas!”, pero “¿qué le vamos a hacer, señora, si España y yo somos así?”.O sea que vamos a designar para que nos saquen de esta terrible crisis que nos azota precisamente a aquellos que nos han metido de hoz y coz en ella, “¿habrá algo más natural”- pregunta el hombrecillo de la calle-, “que elegir para que nos saque del apuro precisamente a quien nos ha metido en él?”.Esto forma parte intrínseca de la manera de ser de los españoles, ese pueblo tan sabio, que tantas y tantas lumbreras ha dado al mundo en todos los órdenes del pensamiento, así que, a mí, no me causa sorpresa alguna esta situación, lo que me asombraría, y mucho, es que ese genial españolito, moreno, bajito y cabreado hiciera todo lo contrario.De modo que lo lógico es que para que resuelva el problema de los 5 millones de parados que hay en España, entre otros, elijamos precisamente a los directos culpables de esa situación, o sea a los ultralilberalistas capitalistas neocons, tipo la auténtica cólera de Dios, o sea, la Esperanza Aguirre que, como todo el mundo sabe, hace todo lo posible por aumentar el número de parados afirmando, sin que se le caiga la cara de vergüenza, que lo que en España sobra, a manta, es profesores, ¿o acaso no somos siempre los primeros en las listas mundiales de aprovechamiento escolar? O al tal Mas, en Catalunya, que se ha liado la manta a la cabeza y anda como poseso cerrando hospitales de manera que el otro día murió un catalán en el Clínico, al no haber médico de guardia en urgencias que le operara.Pues, bien, éste es el país que quieren todos esos millones de españoles que han cubierto todas las encuestas asegurándole al PP una victoria incluso con la mayoría más absoluta que jamás contemplaron los siglos. Amén. O sea que es rigurosamente cierto eso de que cada país tiene los gobernantes que se merece.
La pregunta del millón es ¿cuántos negritos trabajando, en África o en cualquier otro sitio, por ejemplo, aquí, en España, son necesarios para que Rajoy, el hombre que nos va a gobernar próximamente no sabemos por cuanto tiempo, cobre la mitad de los 3 millones de pesetas mensuales que devenga el registro de la propiedad de Santapola, uno de esos enclaves de oro de la costa alicantina, del que él es titular, más el millón de euros mensual que tiene asignado como presidente el PP, más lo que percibe como diputado del Congreso, etc., etc., que sólo Dios o el Diablo saben lo que este pobre hombre recoge con la mano tonta al mes, porque, además, declara un buen número de propiedades inmobiliarias que pueden hallarse convenientemente alquiladas, o yo que sé, y todo este dinero me dirán ustedes que no lo tiene porque, si no, lo declararía a Hacienda, y yo les respondo que hay una cosa que se llaman cajas de seguridad de alquiler en los sótanos de los grandes bancos, que pueden hallarse llenas a reventar de billetes de 500 euros como aquellos que llevaba encima el Tesorero del PP, creo que eran 300 porque, dijo, que iba a comprar un cuadro en una subasta de arte?O sea que Rajoy, el hombre que no cree, que abomina de la igualdad, porque ésta es la madre de todas las desdichas sobre la Tierra, tal como demostrábamos ayer, con 2 artículos suyos, publicados en El Faro de Vigo, no es, como el esencial capitalista que resulta, sino uno de los máximos culpables de esa ola de recesión que absolutamente incontenible lleva azotando al mundo 3 largos años ya, de tal modo que a los inteligentísimos electores españoles no se les ocurre otra cosa que elegir al zorro para que cuide de las gallinas o a un pirómano esencial para que actúe de bombero, seguramente por ese atavismo nuestro que nos impulsaba a gritar cuando alguien nos acusaba de que tenemos naturaleza de auténticos esclavos aquello de “¡vivan las caenas!”, pero “¿qué le vamos a hacer, señora, si España y yo somos así?”.O sea que vamos a designar para que nos saquen de esta terrible crisis que nos azota precisamente a aquellos que nos han metido de hoz y coz en ella, “¿habrá algo más natural”- pregunta el hombrecillo de la calle-, “que elegir para que nos saque del apuro precisamente a quien nos ha metido en él?”.Esto forma parte intrínseca de la manera de ser de los españoles, ese pueblo tan sabio, que tantas y tantas lumbreras ha dado al mundo en todos los órdenes del pensamiento, así que, a mí, no me causa sorpresa alguna esta situación, lo que me asombraría, y mucho, es que ese genial españolito, moreno, bajito y cabreado hiciera todo lo contrario.De modo que lo lógico es que para que resuelva el problema de los 5 millones de parados que hay en España, entre otros, elijamos precisamente a los directos culpables de esa situación, o sea a los ultralilberalistas capitalistas neocons, tipo la auténtica cólera de Dios, o sea, la Esperanza Aguirre que, como todo el mundo sabe, hace todo lo posible por aumentar el número de parados afirmando, sin que se le caiga la cara de vergüenza, que lo que en España sobra, a manta, es profesores, ¿o acaso no somos siempre los primeros en las listas mundiales de aprovechamiento escolar? O al tal Mas, en Catalunya, que se ha liado la manta a la cabeza y anda como poseso cerrando hospitales de manera que el otro día murió un catalán en el Clínico, al no haber médico de guardia en urgencias que le operara.Pues, bien, éste es el país que quieren todos esos millones de españoles que han cubierto todas las encuestas asegurándole al PP una victoria incluso con la mayoría más absoluta que jamás contemplaron los siglos. Amén. O sea que es rigurosamente cierto eso de que cada país tiene los gobernantes que se merece.