En la sede nacional del PP, Mariano Rajoy siguió el recuento acompañado de María Dolores deCospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, JavierArenas, Carlos Floriano, Pablo Casado, Cristóbal Montoro y Fátima Báñez, entre otros. Pero ninguno de ellos se atrevió a comparecer ante los medios en la noche del domingo. Para ellos no valía la pena anunciar la derrota, mostrando la cara de decepción. Y fue el portavoz del Comité de Campaña,Pablo Casado, quien habló ante los periodistascon gesto más serio de lo habitual. Admitió que no era el resultado que esperaban pero subrayó que elPSOE y el PP siguen “aglutinando más del 70% de los votos”.Además, recordó que el adelanto electoral no ha tenido “el efecto” que buscaba Susana Díaz: “Dar mayor estabilidad a su gobierno. Es todo lo contrario”, subrayó, mencionando los cinco partidos que ahora ocuparán el Parlamento autonómico.
En la sede andaluza del PP, en Sevilla, JuanmaMoreno y su núcleo de colaboradores asistieron, desolados, a la caída en picadodel número escaños. El líder conservador andaluz compareció, bebió agua antes de hablar y agradeció a los andaluces que votaron al PP (“Más de un millón”), a sus compañeros de partido,al Gobierno por respaldarle en la campañay a su familia. Y, tras perder 17 parlamentarios, Moreno anunció que no abandonará su puesto en la primera fila de la oposición andaluza y que“más pronto que tarde, el cambio político” llegará a Andalucía. Algunos del PP reconocieron en silencio, queeste resultado pasará factura a Rajoy,quien fue a Sevilla y perdió su silla, aunque el presidente ya ha dejado claro a los suyos que “pase lo que pase” en Andalucía y en las municipales y autonómicas que vienen en mayo y septiembre (Catalunya), seguirá “liderando el PP, el mayor partido de la democracia”. Pero, ¿hasta cuándo?