Sobre el déficit y la paranoia por convertilo en el mal de males, ya he hablado en alguna ocasión. Bastaría ingresar más y no tocar las prestaciones sociales. Por ejemplo, con la tasa financiera, aumentado el impuesto de beneficios, imponiendo un impuesto a las grandes fortunas, aumentando la cotización de las SICAV del 1 al 5%. O simple y llanamente cumpliendo con uno de los requisitos fundamentales de un Estado serio: persiguiendo el fraude fiscal sin ambages.
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Dos, parece que son las grande ventajas que habría encontrado el PP para hacer tal cosa. Por un lado, asustarnos con un déficit muy alto y echarle la culpa al anterior gobierno (falso, puesto que han sido las CC.AA. las responsables de dicha desviación y en la mayoría gobernaban ellos), y así encontrar una excusa para subir los impuestos. Algo que habían negado hasta la saciedad, incluso en la campaña electoral.
La otra ventaja es que al hablar de un déficit mayor que el verdadero, se parte de un dato falso y puede aparentar que la gestión del gobierno sea mejor, ya que parecería que se conseguiría una bajada más contundente. O sea se apuntarían un tanto, pareciendo así que habrían hecho mejor los deberes que les han mandado.
Por cierto, los Mercados están pidiendo sangre de nuevo. Y están pensando multar a España por no poner en marcha nuevas iniciativas económicas para corregir el déficit y el paro. Y además están metiendo prisas para que presente el presupuesto de este año. Quieren ver las cuentas. No se fían.
La Comisión Europea ha instado hoy al Gobierno español a corregir seis desequilibrios macroeconómicos que considera "excesivos". "Necesitamos más análisis de las reformas estructurales en curso, especialmente por una tasa de desempleo muy alta y por la difícil situación del país después de la prolongada burbuja inmobiliaria y el 'boom' crediticio”. En el caso del paro, podría desembocar, en última instancia, en una multa de unos 1.000 millones de euros si el gobierno no actúa en consecuencia. O sea clavándonosla una vez más.
Pero claro, las prisas de Rajoy no van por hacer fluir los créditos que sería lo que reactivaría la economía y crearía puestos de trabajo. Para él lo importante, ya lo han visto con la reforma laboral, es degradar las condiciones laborales del trabajador y abaratar el despido. En definitiva gobernar a favor de los empresarios. Lo demás puede esperar.
Por cierto, antes de cerrar quisiera hacer una mención a la lideresa madrileña. Una mujer que al defender la reforma laboral,dice que: “acaba con el marco franquista que ha convertido a España en campeona mundial del desempleo”.
No sé si es mala baba o simple ignorancia, aunque me temo que la condesa consorte puede alardear de las dos cosas. Otra que miente. Ha querido hacerse “la demócrata”, precisamente ella que no condena la época de la dictadura. El franquismo poco tiene que ver en esto, el marco que se destruye es el que se acordó entre los agentes sociales, con sangre, sudor y lágrimas allá por 1980. Me refiero al Estatuto de los Trabajadores. Esa era la referencia legal que en su momento sustituyó al Fuero del Trabajo franquista y que, con modificaciones puntuales, ha estado rigiendo las relaciones laborales, hasta ahora.
Claro que la Sra. Aguirre todavía no se ha enterado de que las leyes franquistas fueron sustituidas hace más de treinta años. Y es que, ella es así, y piensa que desde las leyes franquistas es lógico avanzar hasta la esclavitud. Graciosa, ¿no?
Salud y República