Random acts of senseless violence es una novela del autor norteamericano Jack Womac. La novela tiene pocos elementos de ciencia ficción, pero forma parte de la serie Dryco la cual esta formada por la siguientes novelas:
1. Random acts of senseless violence (1995)
2. Heathern (1990)
3. Ambiente (1987)
4. Terraplane (1988)
5. Elvissey (1993)
6. Going, going, gone (2000)
Ocho años después y tres novelas de por medio marcan una gran diferencia en las mejoras estilísticas y la calidad en la prosa de Womack. Debo admitir que Ambiente no me entusiasmó pero cuando leí que Elvissey había ganado un premio Philip K. Dick me decidí a leer la serie completa, empezando por el primer libro en la cronología interna.
La protagonista del libro es Lola Hart, una niña de 12 años quien pertenece a una acomodada familia neoyorquina. Lola vive en Manhattan junto a su padre, su madre y su hermana Shirley, a quien llaman Boob.
La vida cambia rápidamente para los Hart cuando el padre de Lola, quien es guionista de cine, no puede vender sus trabajos, y su madre, quien es maestra no encuentra trabajo. Aunado a un deterioro económico y la destrucción del tejido social en todo U.S.A. provocan que deban mudarse a una zona proletaria en Brooklin.
Mediante un diario que Lola escribe diariamente conocemos como su cómoda y segura vida cambia de la noche a la mañana cuando comienza a socializar con las violentas jovencitas que viven por su casa, pero esto es solo un reflejo del decaimiento del país.
Algunas personas relacionan este libro al clásico inglés La naranja mecánica por el uso de argot callejero y la violencia de adolescente hacia la sociedad, sin embargo son dos bestias muy diferentes.
En primer lugar, Womack no crea un lenguaje como el NADSAT de Burgues, sino que es un inglés mal construido, como hablado por niños de ascendencia extranjera que no se han molestado en aprender las reglas del inglés.
La diferencia entre Random acts of senseless violence y Ambiente es enorme, mientras que la violencia en Ambiente es exagerada y caricaturesca en esta obra es sutil pero mucho más aterradora y realista.
La analogía más absurda pero cercana a este libro es observar la televisión mientras tu casa se incendia en cámara lenta. No puedes dejar de mentirte a ti mismo ni por un segundo o toda concepción que tienes de la realidad se romperá en mil pedazos.
Random acts of senseless violence es una medicina amarga, pero la prefiero a la fantasía escapista, voy a conseguir las demás obras y ver hacia que camino oscuro me llevan. No recomendado a los lectores fácilmente impresionables o que se deprimen con facilidad.