No me gusta el fútbol. No, más bien, no me interesa el fútbol, creo que es lo correcto.
No me interesa y no sé nada al respecto, no le discuto a nadie nada porque el único fútbol que veo es el del Mundial y solía ver sólo los partidos donde jugaba Argentina (o sea que cada cuatro años); pero esta vez creo que vi casi todos los partidos que ocurrieron, quizá porque la mayoría fueron acompañamiento de fondo durante el horario de oficina. Sé que es un deporte que reúne multitudes pero también mucha violencia, agresividad y falta de respeto. El fútbol hace cosas que no veo en ningún otro deporte, doy fe de que cada vez que “hay partido”, mi TL de Twitter se llena de gente que se transforma literalmente en otra persona.
Este es el primer mundial de fútbol que veo/vivo a través de las redes; y aunque en algunos aspectos fue muy divertido (los memes, la pasión compartida, los nervios), en otros fue lamentable (los insultos, la discriminación, las cosas de las que te enterabas). En fin. Fue toda una experiencia. Ya se terminó, Argentina vuelve a casa con un segundo puesto muy bien ganado y mañana hay que volver a laburar como todos los lunes.
En algún momento le pregunté a mi cuñado cuántos de los jugadores de nuestra Selección estaban comprados por equipos europeos, y me respondió que “todos”. Después pregunté cuántos jugadores sudamericanos estaban comprados por equipos europeos, y me dijo que “la mayoría”. Pensé que debía ser jodido para todos los equipos enfrentarse a un grupo compuesto por todos esos jugadores que otros equipos compran porque son buenos (y no hablo de Messi, dejémoslo a un lado, no sentí que fuera “el gran Messi” del que todos hablan) y pensé “con razón estamos en la final”. Porque FIFA o no FIFA, mi país no tiene plata para andar comprando árbitros ni copas, todo lo que tenemos son piernas que en Europa están valuadas en millones, alma y 40 millones de corazones que en vez de cantar el himno, LO COREAN con unas ganas tremendas. Es legendario. Estoy feliz de haber visto una final, un partido que para mí fue emocionante y me hizo sufrir hasta el último minuto, feliz de haber vivido algo nuevo (no soy muy “de las multitudes”) y de haberlo compartido con mucha gente, ya sea en buenos o en malos términos. No hubo “maracanazo”, pero…
Claro, leerás esto y pensarás “es de perdedores querer verle lo bueno y honorable a la derrota”. Dejemos de soretear, un poco. Argentina es medalla de plata, y me encantó. Ahora volvamos a ser amiguitos.
Algunos de mis highlights y lowlights de este Mundial:
HIGHLIGHTS
-Llegamos a la final después de 24 años de sequía y un poco de mala suerte (no, no hablemos de cuando Maradona nos dirigió, no hablemos de eso).
-Los memes sobre Mascherano, que me hicieron el día. Tendrían que inventar el premio Masche de Oro al jugador que más huevos le pone en la cancha y no le dan la capitanía del equipo. “Mascherano te negocia los fondos Buitre y vuelve con vuelto.” Un capo.
-Me regalaron una camiseta oficial de la Selección. Es la primera vez en la vida que tengo algo parecido, la voy a cuidar porque de verdad es muy bonita, me gusta mucho el diseño :D
-Vi unos partidos muy emocionantes, y me gustó ver fútbol a pesar de que la mayoría del tiempo lo evito.
-Argentina perdió, pero ahí estábamos todos:
LOWLIGHTS
-Gente de la que tenía muy buen concepto y en alta estima mostrando la hilacha. Racismo, insultos, degradación. Si no se puede aceptar que un equipo pelee su camino hasta la cima con todo el esfuerzo, ¿qué queda? Hablar mierda, por supuesto.
-La mala leche de los brasileños contra los argentinos, específicamente. Leí unas cuantas notas de periodistas en Brasil que reportaban no sólo que en las estaciones de servicio había carteles donde prohibían a los argentinos el uso de los baños, sino que en los comercios no les vendían ni siquiera agua mineral, carga virtual para los teléfonos o alimentos; algunos grupos de argentinos reportaron que les tiraban piedras a sus autos y que tenían que moverse en grupos de 15-20 vehículos por seguridad. Una vergüenza.
Anyway. Como dijera mi hermana “perdimos… pero Brasil perdió primero y le fue peor”. Me despido con este gif, que aunque no es ni siquiera del mismo deporte, siempre me saca una sonrisa:
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