Me parece a mí que buena parte del debate pertinente sobre política macroeconómica (a diferencia del debate absurdo: a fe mía que no puedo ver la pertinencia de los argumentos a favor de un endurecimiento monetario) se reduce a la interpretación de la imagen que copio más abajo, una u otra versión de la cual ha aparecido en varias de las reuniones a las que he asistido últimamente:
El eje horizontal muestra la deuda bruta como porcentaje del PIB a fines de 2009; el eje vertical, el déficit presupuestario como porcentaje del PIB en 2009. Cada punto representa a una economía avanzada; sólo he puesto nombre a unos pocos países que revisten interés aquí. Japón, literalmente, queda fuera del gráfico, con una deuda enorme y un gran déficit.
Como puede verse, he identificado a los GIPSIs –el Club Mediterráneo, más Irlanda—, países que se enfrentan a serios problemas de solvencia. Como puede también verse, en punto a deuda y a déficit, los EEUU y el Reino Unido (y Japón también, aunque no puede verse) se parecen tanto a los países en crisis que, de no saber más, uno diría que viajan en el mismo barco.
Pero no es así. Ahora mismo, las tasas de interés de los bonos a 10 años son del 3,59% para el Reino Unido, del 3,36% para los EEUU y del 1,29% para el Japón. Los seguros de cobertura para Japón y el Reino Unido están a tan sólo un tercio del nivel italiano.
¿Cómo hay que interpretar esto? Una respuesta posible reza como sigue: esperen, que el día menos pensado llegará El Coyote, los mercados se percatarán de que los EEUU son Grecia y nos iremos al infierno. La otra respuesta pasa por observar que todos los países en crisis de deuda se hallan en la eurozona, mientras que los EEUU, el Reino Unido y el Japón, que no están en ella, tienen soberanía monetaria: esa sería la diferencia.
En lo que a mí hace, me inclino por la puerta número 2.
Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización