Rastro, de Maggie Stiefvater - Crítica - Novedad

Publicado el 19 noviembre 2010 por Eltiramilla

Título original: Linger
Saga Los lobos de Mercy Falls: Temblor, Rastro, Forever
Rama: romántica, fantástica
Edición: SM, 2010

Ha llegado la primavera y Sam sigue siendo humano. Pero la tranquila paz que Grace y él habían conseguido se verá interrumpida por la aparición de un lobo muerto en extrañas circunstancias en el bosque; la intromisión los padres de la susodicha y la llegada de un nuevo miembro a la manada: Cole, una estrella de la música que sólo quiere perderse dentro de su piel de lobo y por quien Isabel, destrozada tras la muerte de su hermano, empezará a sentir algo más, a la vez que tratará de cuidar tanto de él como de Sam y Grace.

Rastro sufre del síndrome de la segunda parte: sirve como puente entre la primera y la última, y como consecuencia de ello no tiene una trama tan clara como la anterior y se centra más en los personajes; de hecho, durante la primera larga mitad del libro no pasa absolutamente nada digno de mención, salvo que los padres de Grace le prohíben ver a Sam. Este cambio de actitud de pasotas a sobreprotectores resulta forzado, ya que en Temblor aprobaban la relación sin mayor problema.
No, el ritmo no es tan trepidante como en el primero y a lo mejor los momentos emotivos tampoco lo son tanto; sin embargo, en general Rastro ha resultado ser una novela mucho más introspectiva que su predecesora: ahonda en los sentimientos y los motivos de sus personajes y los explora por diversos medios como sus recuerdos o lo que unos observen en los otros. En este sentido son interesantes la contraposición Sam-Cole; la casa de Isabel descrita a ojos de Cole, fría en comparación con la suya propia; la relación de Grace y Sam vista a través de Isabel y Cole; u otras escenas realmente ricas en simbolismo que aportan mucho a los cuatro protagonistas.
La prueba son una Grace más rebelde, una Isabel más humana y madura y un Cole que hacia el final de la novela parece una persona diferente. Quizás Sam es el que menos aparenta cambiar, en especial comparado con los otros tres personajes, pero tiene dedicados varios flashbacks que permiten comprenderlo aún más.

En general no me ha decepcionado tanto como a otros. Quizás sea porque Temblor nunca fue santo de mi devoción o porque había oído tantas cosas malas de él que tenía mis expectativas muy bajas. Supongo que para aquellos que amaron el primer libro, superarlo resultará complicado y es muy posible que Rastro les decepcione mucho. Por mi parte, reconozco que si bien no es de lo mejor que he leído últimamente, he disfrutado bastante de ciertas escenas que hacia la segunda mitad de la novela la evocativa prosa de Maggie tan sólo hace mejores. De momento me niego a juzgar esta saga hasta que no lea Forever, entonces sabré si valió la pena Rastro o no.