Rata, Idiota, Bazofia!! : Sí, las Mujeres Tenemos Derecho al Insulto

Por Nasreen_amina

¿Y si hubiera sido un varoncito?

Lo satisfactorio de toparme con algún varón patriarcal en mi camino de la vida, es que seguro que sale un interesante post para mi blog. Este caso no es la excepción. Mientras chequeaba mi Facebook, me fije en una conversación donde un sujeto, alias Mo Mundo, se refería a los activistas y a a quienes adherimos al pensamiento progresista como vagos, sucios, viciosos, drogadictos y – Oh Santa Madre de Jesús Bendito!!!, como personas que “siempre están pensando y hablando de sexo”. (Ahh, Pecadooooressssssss!!) y bueno, básicamente los odia.

Uno de los malos usos que le damos al lenguaje, es disfrazar un juicio de valor con el barniz de la opinión. Desde el tiempo en que se decía que los masones se comían a los niños, no es lo mismo opinar que juzgar. La opinión debe ser estimulada, los juicios de valor, repelidos por todos los medios, porque constituyen etiquetas que dan origen o tienen origen en prejuicios. Y el ejercicio del prejucio es la discriminación de otros seres humanos. Una cosa es decir: “No estoy de acuerdo con el progresismo” y otra “los progresistas son mala gente, sucios, viciosos, consumen drogas y tienen tanto sexo como si se fuera a acabar el mundo” (Por Dios!!!)

Valga esta descripción para entender porqué, luego de que usara contra mí y contra otros en el debate palabras y expresiones “de opinión” como: “Papagayo”, “Inútiles”, “No sirves” así como “opiniones” de desautorización machista de mis afirmaciones, como “estás nerviosa” “no sabes” “no sirves”,” anda a relajarte”, yo haya terminado clasificándolo en mi radar como una vil rata, enviándolo a la nunca bien ponderada concha de su madre y mandándolo a cagar. Tal cual, tan en público y a los 4 vientos como se puede ser en Facebook.

Sé que no estuvo bien mandarlo a la concha de su madre. No por el sujeto en cuestión, sino porque caí en una mala apropiación del lenguaje, en un estilo patriarcal, referido a la genitalidad femenina que carga siempre con lo negativo. Debí decirle: “Andate al escroto de tu padre”; “Cómprate un ticket de vuelta a la próstata de tu viejo”; “Cierra la boca y anda a dormirte una siesta al ojete de tu abuelo” o debí ser más humilde y mandarlo a la mierda, a secas.

Sin embargo, el punto que quiero destacar no es la violencia del insulto, sino la apropiación del lenguaje. Hay una hipocresía brutal en la manera en que el Patriarcado ha distribuido el lenguaje entre hombres y mujeres. Esta hipocresía, que autoriza al hombre a maltratar a una mujer y califica de inapropiada a la mujer que responde con palabras equivalentes. Es aceptado y hasta gracioso que un hombre te llame inútil, pero si tú le respondes diciéndole que es, a su vez, un inútil, el mismo hombre te tacha de maleducada y la sociedad -en complicidad-  de indecente y vulgar. Para muestra, fíjate en la imagen que acompaña este post: ¿Que hubiera dicho la Prensa si hubiese sido un hombre?

El insulto es violento, claro que sí. No obstante, es violento porque nos han acostumbrado a percibirlo así, sobre todo cuando lo enuncian las mujeres. En los varones, es una violencia socialmente aceptada, se considera parte de su “Ethos”. Las mujeres podemos romper con ese ethos, usando el insulto para quebrar su carga simbólica. Como dice Judith Butler: “Cuando te reapropias esos códigos en el lenguaje, estás generando una violencia”. Pero es una violencia creadora, que rompe esquemas, que desplaza a la mujer víctima por una mujer que rompe el poder del lenguaje sobre ella, que rompe la normatividad del “varón insulta- mujer aguanta”, ya que – siguiendo a Butler, como no- “el desplazamiento del insulto cambia el sujeto de la enunciación, que no es más víctima”.

Reivindicando ese empoderamiento, he aquí mi pequeña contribución:

“La Rata llamada MO MUNDO es el ser más egocéntrico, machista, racista, discriminador y vomitivo con el que me he topado hasta ahora. Es tan desagradable con sus ínfulas de superioridad, que ni sus propios congéneres de etnia lo aguantan. Sí ! MO MUNDO, Sí! macho, pedazo de soberbio idiota, con la conversación que tuvimos me hiciste “Ejecutar la mente” y tomar conciencia, más que nunca, de lo importante que es ser feminista para poder detectar y repeler a bazofias como tú!”

No es la palabra en sí lo que constituye el insulto, sino la carga social y el juicio de valor sobre la palabra. El lenguaje no es patrimonio de un sexo (Santos Profetas Batman!!), no pertenece por privilegio a nadie, por lo tanto, no hay razón alguna, para que una mujer se abstenga de usar las palabras que crea necesarias para repeler un ataque verbal. Es su decisión. Es una hipocresía patriarcal llamar maleducada y poco femenina a una mujer, porque usa los mismos términos que el hombre puede usar sobre ella sin ser juzgado como inapropiado o fuera de lugar. Es una hipocresía con la cual hay que terminar. Hay que romper con esa normatividad que pauta la sumisión del género a través del lenguaje, y crear otra, donde el insulto pierda su valor y desplaze el uso del poder.