DE LA ESCENA CUBA
Sucumbió el sábado en La Habana a los 93 años. Lo recordarán siempre el patriarca Reynaldo Miravalles, Alberto Pujols y toda una generación que junto a él, llenaron las escenas de series de televisión y películas que hicieron época.
Raúl Eguren, actor y pedagogo por excelencia, de reconocida trayectoria artística y docente se fue para siempre. Siete años faltaban para que su vida llegara al centenario, ¡el Siglo!
Pero no aguantó mas y la fortaleza física se fue apagando en él, y su mente desvaneciéndose cuando el corazón apretaba más su caja torácica en medio de la enfermedad senil que lo consumió.
Antes de que el sábado amaneciera, de madrugada, Raúl Eguren quebró su último suspiro en la tierra cubana que lo engendró y vivió todo su esplendor.
Nació en Sumidero, Pinar del Río, el 12 de agosto de 1920. Profesor de la Escuela de Artes Plásticas y fundador del teatro lírico de La Habana, lega una fecunda carrera en la escena: El padre del Tavo en la trama de Su propia guerra, coprotagonista en El hombre de Maisinicú, "Cándido" en Guantanamera, son algunos de sus papeles más recordados, pero su filmografía incluye también coprotagonismo en Páginas del diario de Mauricio (2006), Nada + (2001) y en el personaje de El de la Empresa
Mambí (1998), entre muchas otras figuraciones.
Una generación entera de jóvenes actores cubanos:Jorge y Omar Alí, Jorge Martínez, Isabel Santos, Beatriz Valdés , Luis Alberto García, Carlos Otero y el mismo Alberto Pujols, se cuentan entre los alumnos que siempre han reconocido en Eguren un maestro incuestionable de la actuación.
Como profesor por más de veinte años de la Escuela Nacional de Arte, tuvo a muchos de ellos como alumnos, y su enseñanza premió, porque, luego, muchos fueron figuras sobresalientes de la escena cubana. Vivirán para contarlo.
Son pocos los integrantes de toda una generación que no recuerdan a Raúl como el maestro que les enseñó. Así lo despiden hoy en Cuba.
El Premio Nacional de la Enseñanza Artística que le concedieron en 2003, es poco para toda una vida. Su vida entera es una carrera de PREMIO.
En mis años de reportero en Radio Progreso, muchas veces lo vi entregado y afanado, en pleno estudio, en los papeles protagónicos que consumía con total maestría.
Era un hombre noble, modesto de las calles Infanta y Manglar, donde agotó su vida habanera. En cualquier esquina protagonizaba una tertulia. Sus chistes animaban las sobremesas a pie de calle, y sus cuadros (pintor autodidacta) llenaron muchos espacios expositores de la propia Habana.
Ha muerto Raúl Eguren. Cuentan desde La Habana que tuvo una muerte cruel. Eguren
fue envejeciendo y quedándose solo, como les ha pasado a muchos.
Pero no le faltaron los amigos: Nilda Collado, estuvo a su lado cuando le hizo falta, buscándole un médico o conversando de los tiempos cuando compartieron escena, ella novel y él ya un consagrado.
El director Rudy Mora en su serie Diana cuando Raul ya estaba casi senil, lo homenajeó con un personaje simbólico en el que representaba el tronco añejo de una familia unida y bien llevada. Ese fue su último papel como actor.
Hoy en los medios cubanos lo recuerdan como un legado vivo, porque cada vez que se retransmita "Su propia guerra", o se vuelvan a proyectar filmes como Gallego (1987), Cartas del parque, (1989); Derecho de asilo (1993); Guantanamera, (1994); Nada, (2001); y Páginas del diario de Mauricio, (2006), Raul Eguren estará impartiendo una clase de actuación. Lo narran las crónicas desde La Habana que son pocas para la estatura de tamaño actor. Ha muerto Raúl Eguren, otro mito de la actuación cubana.