Aunque me cuesta darle segundas oportunidades a las series, con Ray Donovan he hecho una excepción, tal vez porque en el fondo quiero que me guste y en parte porque entra dentro de las series en las que no hay que devanarse el cerebro para conseguir un resultado mas o menos deseable. Dentro de estas también, por supuesto, las hay buenas y malas.
Le dí una segunda oportunidad, siendo consciente de que no se la merecía después del descalabro televisivo que fue su 2º temporada. Si releeis el post que hice, http://breakingmen.blogspot.com.es/2014/09/ni-moe-szyslak-salva-ray-donovan.html, me quejaba arduamente de la excesivamente ponderada relevancia de la familia del protagonista, de la falta de interés del papel de Jon Voight y sobre todo de que el personaje de Ray había dejado de ser interesante, porque en lugar de trabajar resolviendo los problemas de la gente, gancho de la serie, se dedicaba a atormentar a su familia, y de demostrar su incapacidad para solucionar en casa lo que cobra por solucionar fuera..Por supuesto,
ayuda muchísimo (¿¿o todo??) a mejor la temporada la incorporación a la trama de nuevos personajes, como el magnífico Ian McShane (al que ya estoy deseando ver en GOT) como Andrew Finney. Yo tengo predilención por McShane desde Deadwood, claro, pero es ese tipo de actor que desde su minúsculo tamaño, se gigantiza en los planos cortos y en las interacciones con otros actores, reduciéndoles a meras comparsas. Ya sea como obispo, como magnate o como asesino, es una delicia verle trabajar y dejarte hipnotizar por esos ojos tenebrosos y esas medias sonrisas. Katie Holmes como Paige Finney, hija del anterior y aspirante a heredar su imperio, aparece en un papel muy alejado de la cándida y eterna novia de “Dawson crece”. Su papel de agresiva empresaria, no le valdrá un Emmy, pero desde luego no desentona en la serie. Vuelve a aparecer Hank Azaria, tan estupendo como la temporada pasada, donde, insisto, fue con diferencia lo mejor. Aquí aparee apenas en capítulos pero es capazs de retorcer las voluntades de los protagonistas.Vale la pena reconocer el esfuerzo en reconducir la serie a un entretenimiento con bastante calidad y una agilidad e interés que había perdido. Sobre todo destacables son los 2 últimos capítulos de la temporada, donde se aceleran las consecuencias de las acciones de los protagonistas y devuelve a Ray Donovan a un pozo oscuro de autoconmiseración preguntándose si merece algo mas que la violencia y el caos que va generando a cada paso que da.