En la tapa de El susurro de las estrellas aparece un Antolin meditabundo, colgado en una ventana esperando que Elvis Costello y Sergio Pángaro suban al auto. Pángaro siempre inventó ciudades y fiestas pomposas con los restos de la civilización tal cual la conocemos (Civilización y autocaricatura). A esos cócteles queríamos estar invitados y lo estábamos, sólo había que saber cómo ir. Costello le puso galera a las historias con gente y una noche de gira con estos dos sujetos es un gran programa, quizás por eso las flores. Antolin, sonido lo-fi y la economía de acordes como recurso expansivo, ya casi un modelo Laptra, Suelten a los perros.
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