La industria de la moda está dando pasos en firme para reconciliarse con el medio ambiente. La explotación de recursos naturales y humanos que ha caracterizado al sector le puesto la etiqueta de «industria contaminante» y lo ha situado en el punto de mira de los movimientos ecologistas. Pero hay un grupo de profesionales que ha decidido desmarcarse de esa línea y que apuesta por el respecto a la naturaleza. Es la moda sostenible, una corriente al alza que cuenta ya con numerosas adhesiones y que está muy presente en el comercio online, tanto en ropa como en complementos.
La industria de la moda es, hoy, por hoy, la segunda actividad más contaminante del planeta, tan solo superada por la producción petrolera. Para tener una idea, según unos estudios publicados durante Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo, cada año acaban en el mar medio millón de toneladas de microfibra, equivalentes a 3 millones de barriles de petróleo. Además, el sector textil consume anualmente 93.000 millones de metros cúbicos de agua, con los que se podrían cubrir las necesidades de 5 millones de personas.
La moda sostenible busca alejarse de ese lado oscuro de la industria. Para ello, ha puesto en marcha estrategias que pretenden reducir la huella ecológica, evitar la explotación laboral de los empleados y limitar el uso de materiales nocivos.
Materiales naturales y tintes libres de tóxicos
Las nuevas propuestas de moda sostenible apuestan por materiales respetuosos con el medio ambiente. La clave es el reciclaje, por eso cobran protagonismo el corcho natural, el algodón, el poliéster y el nailon reciclados. Otras materias primas de elección son el lino procedente de agricultura ecológica y el cáñamo; este último se utiliza con poca frecuencia hasta el momento, lo que lo convierte en una alternativa favorable para minimizar la sobreexplotación de recursos.
La operación de tintado de prendas emplea materiales sintéticos cargados de elementos tóxicos, como el níquel, el plomo o el cromo VI. Esas materias pueden ir a parar a vertederos cuando nos deshacemos de las prendas y entran también en contacto con nuestro cuerpo. Como alternativa, la industria de la moda sostenible utiliza tintes naturales: arcillas, flores o elementos vegetales que aporten color sin la intervención de químicos tóxicos.
Favorecer la cadena de reciclaje
Las prendas elaboradas con materiales reciclados son a su vez materias primas potenciales para la confección de nuevas piezas textiles. De esta manera, se alarga la vida del producto; es un sistema de reciclaje permanente que reduce el consumo de recursos naturales.
Stop a la explotación laboral
Buena parte de la industria textil se localiza en países pobres, donde es fácil conseguir mano de obra barata. Eso deriva muchas veces en situaciones de explotación laboral, con jornadas de trabajo interminables y salarios de miseria.
La moda sostenible aboga por unas condiciones de trabajo justas e intenta potenciar la producción de proximidad. De esta manera, se consiguen dos objetivos: alejarse de la explotación laboral que está presente en los países pobres y reducir la emisión de gases contaminantes producto del transporte de mercancías.
La moda sostenible se está abriendo paso en la sociedad. Cada año se convocan ferias y certámenes especializados; también hay grandes nombres del sector que se han sumado a la iniciativa, como las diseñadoras Stellla McCartney y Lucy Tamman o la supermodelo canadiense Shalom Harlow.