Esencial en nuestra vida diaria, la fruta es un alimento básico con un valor biológico incalculable. Y más si uno es deportista de resistencia, especialmente ciclista aficionado. Déjese de barritas ultracalóricas, de mejunjes no testificados, de experimentos macarrónicos. La fruta lleva siglos siendo igual y es un complemento vital para el organismo.
Se trata del, en definición de un nutricionista, “alimento menos hostil para el sistema digestivo”. Y aporta una buena batería de virtudes.
Para empezar, permite la hidratación al estar compuesta la fruta mayoritariamente de agua. Evita, pues, la deshidratación y favorece la importante labor de eliminar las toxinas que nuestro organismo va generando con su propia actividad.
Aporta vitaminas y minerales. Su aporte vitamínico es esencial para el deportista, ya que, por ejemplo la vitamina C es muy difícil obtenerla del resto de alimentos. Su poder antioxidante es fundamental para el deportista de fondo, que genera gran cantidad de radicales libres con su actividad física.
En cuanto a los minerales, suministra algunos imprescindibles como el potasio y el magnesio para el sistema nervioso y motor.
La grasa es prácticamente inexistente en la fruta, salvando excepciones y a no ser que se combine con algún dulce. Por otra parte, nos ayuda a saciar el hambre y a no atiborrarnos a comer cuando tengamos más ganas. Portan fibra, fundamental para regular nuestra actividad intestinal.
También suministran hidratos de carbono, básicos para las tiradas largas. La fruta es genial para la recuperación, ejerce de antioxidante, facilita los procesos metabólicos para la función nerviosa y motora.
¿Lo mejor? Son alimentos que se adquieren muy fácilmente –no solo fruterías, sino en cualquier mercado o supermercado- y su coste es relativamente bajo. Así pues, hay que comprometerse a tomar entre tres y cinco frutas al día. Ni una menos.
Según varios expertos, el plátano viene a ser la fruta estrella por reunir muchas de las características anteriores. Pero no todas son válidas. Por ejemplo, el coco, que tiene un contenido en grasa dañino al tratarse de grasas saturadas, nocivas para el sistema cardiovascular. ¿Qué le gusta mucho el coco? Pues cómalo, pero puntualmente.
El aguacate también lleva un alto contenido en grasa, pero hemos de grasa que contiene Ac. Así que no se prive de aguacates, sin abusar.
Además del plátano, recomendamos la naranja y el limón (vitaminas), las frutas de temporada (la sandía, el melón, las ciruelas, cerezas, fresas…). Cuantas quiera.