Revista Cultura y Ocio

¿razones? y (sin)razones para revocar a una alcaldesa: los errores de “lady vaga”

Por Calivmar7
A puertas de la revocatoria, aún nos preguntamos cuáles son las razones para revocar a la alcaldesa de Lima y a sus regidores. Lo que escuchamos de los revocadores, los voceros del SÍ, oscila entre la insensatez y la estupidez. Frases  como “por incapaz”, “por frívola”, “por pituca”, “por vaga” no son razones argumentadas, convincentes, irrefutables,  sino meros calificativos que  llegan a ser ofensivos y denigran el honor y la dignidad de toda persona.

Motivado por la necesidad de encontrar  causas  objetivas, contundentes, o al menos razonables, intenté  buscar respuestas en todos  los medios posibles (foros, blogs, medios de comunicación tradicionales, vídeos, etc.)  y, a pesar de mí, no las encontré.
Volvemos a lo mismo de antes: los revocadores se aprovecharon de los errores, las torpezas y los discursos ambiguos de la alcaldesa y, hay que decirlo, de cierta falta de liderazgo que la convirtieron en un personaje particularmente impopular;  además de usar una ley mal formulada cuyas consecuencias estamos viviendo ahora.
Los principales errores, en particular de la alcaldesa, son de carácter político y estratégico. Su impopularidad se origina desde el principio por razones tales como  la falta de comunicación,  el anuncio de una zona rosa (en una ciudad particularmente cucufata y prejuiciosa), su apoyo a la legalización de la droga, entre otras cosas. Por otra parte, se ganó la antipatía de todas las fuerzas políticas y de la Iglesia… pero vamos, estas no son razones para revocar: son sinrazones.
Sea como fuesen los resultados de la revocatoria este domingo 14 de marzo, habrán consecuencias negativas para la ciudad, más que beneficios y mejoras.
LES dejo un fragmento del artículo de Juan Carlos Ubilluz, publicado en la revista Ideele (Fuente: http://www.revistaideele.com/ideele/content/interrumpiendo-la-buena-educaci%C3%B3n-gubernamental-de-susana-villar%C3%A1n): 

INTERRUMPIENDO LA BUENA EDUCACIÓN GUBERNAMENTAL DE SUSANA VILLARÁN


 Actualmente muchos asumen que Villarán está en el aprieto en que está porque los sectores populares rechazan sus proyectos para formalizar la ciudad. Los transportistas y los comerciantes de la extinta La Parada resentirían que la alcaldesa les haya impedido continuar con su habitual (des)orden. No dudo que esto sea un factor, pero hay que ponerlo en perspectiva. Remontémonos al comienzo.
En noviembre del 2010, en su condición de alcaldesa electa, Villarán tenía 56% de aprobación. En mayo del 2011, con menos de cinco meses en el poder, ya estaba en 18%1 ¿Rechazo a la formalización? Imposible. No hubo tiempo de formalizar nada. ¿Qué pasó, entonces? Todos lo sabemos. Pero ordenemos los hechos.Marzo del 2011. Villarán presenta un informe sobre la administración de Castañeda. El informe lo daña políticamente, pero regresa a ella como un bumerán cuando su predecesor responde: “Que se dedique a trabajar”. He aquí la primera y la más eficaz crítica a la alcaldesa: no trabaja, es vaga. Y si esta acusación llega a calar hondo es porque, en septiembre del 2010, en el debate por la alcaldía, todos vimos cómo Lourdes Flores barrió el piso con la cabeza de Villarán. Fernando Altuve dio sentido a estas imágenes al comentar que en el debate se enfrentaron la chancona y la vaga de la clase.Junio del 2011. Villarán se opone al Cristo del Pacífico que el entonces presidente García estaba obsequiando a Lima. Y éste no hace más que repetir las críticas de Castañeda: “Me da pena que las personas, en vez de hacer obras, se la pasen mirando qué hace al vecino”. Es aquí cuando se fija en el imaginario que Villarán habla mucho y no hace nada, a diferencia de Castañeda, que no habla nada y hace mucho. La alcaldesa se convierte así en el reverso exacto de su predecesor. Desde ese momento, sus críticas y opiniones se vuelven evidencias de su falta de trabajo. Rápidamente circulan apodos como Susana Haragán, Caviar (porque es huevera) y Lady Vaga. Y el ex alcalde desliza la posibilidad de la revocatoria, que es subestimada por la alcaldesa a pesar de su gran impopularidad. A la acusación de vaga, se suma una de orden moral.Abril del 2011. Villarán anuncia la creación de la zona rosa.Junio del 2011. Villarán se opone a la estatua de Cristo.Julio del 2011. Villarán habla en la marcha gay frente a la Catedral de Lima. Aunadas a sus previas declaraciones a favor del matrimonio gay y de la legalización del aborto y de las drogas, estos actos “temerarios” de su incipiente gestión la enemistan con la Iglesia y con creencias religiosas y prejuicios bastante antiguos. Villarán es percibida entonces como una roja que trae el caos, y no porque inste al pueblo a tomar las fábricas sino porque promueve el desorden moral. Peor aún: la acusación de inmoralidad no solo se suma a la de vaga sino que se fusiona con ella y la alimenta. Oírla hablando a favor de homosexuales y de prostitutas le da un cierto aire de relajo que fortalece la percepción de su vagancia e ineptitud. Si sumamos (y fusionamos) a lo anterior sus olvidos y errores al hablar y un tono de voz embelesado que parece admirarse de lo maravilloso que es el mundo, no es extraño que esa percepción se consolidara con fuerza.Lo de las arenas que se llevó el mar en La Herradura, en diciembre del 2011, no es más que un corolario; el daño ya estaba hecho en julio. Lo cual demuestra que éste es esencialmente mediático. Nunca antes se preocuparon los limeños por lo que hacía o no hacía un alcalde en los primeros meses de su gestión. Para que se preocuparan de lo que hacía Villarán y concluyeran tan rápido que no hacía nada, tuvo que haber un ex alcalde que no le perdonó que ella le hiciera perder la elección presidencial y unos medios de comunicación dispuestos a vocear ese odio, ya sea porque obedecían directrices de los grupos de poder económico o porque han reemplazado la cobertura seria de los conflictos democráticos por la espectacularización de los dimes y diretes de los políticos.Esto, sin embargo, no basta para explicar la caída de Villarán. En la elección presidencial del 2011, Humala recibió un mucho peor apanado mediático y su popularidad cayó muy poco. Hace falta añadir entonces que la alcaldesa cometió muchos errores. Mencionaré tres: dos de estrategia, uno de naturaleza política.Primero, enfrentar a todos los grupos de poder a la vez. Un partido pequeño que llega con 38% al poder no puede mandarse sin respirar contra el Presidente de la República, un ex Alcalde exitoso, la Iglesia católica y la creencia y el prejuicio popular; todo en un contexto en el que tenía a los medios de comunicación en contra.Segundo, tener una pésima estrategia de comunicaciones. Mientras todo un aparato mediático repetía con altavoces críticas a su gestión, la Municipalidad se demoraba en responder o no lo hacía con contundencia, como si no tuviera más que un megáfono sin pilas a su disposición. Villarán cometió además un error mediático de corte posmoderno: privilegiar en su discurso las demandas culturalistas de la clase media ilustrada sobre las demandas populares. Y si bien las primeras no tienen por qué estar enemistadas con las segundas, lo que vio el pueblo en los primeros días de su gestión fue a una alcaldesa más preocupada por la marcha gay y por la estatua de Cristo que por emprender proyectos que atiendan sus necesidades básicas. Cierto, el pueblo vio lo que mostraron los medios, pero la actitud de Villarán encajó perfectamente en ese mostrar.Finalmente, priorizar la ética sobre la política. Villarán ha actuado en nombre del deber-ser sin hacer las alianzas políticas necesarias. Apenas salió elegida, rompió un pacto con las organizaciones de izquierda, y no hizo otro con la derecha. Cuando un izquierdista llega al poder, tiene dos opciones: aliarse con la derecha o radicalizarse hacia la izquierda. Humala optó por lo primero, Santos por lo segundo. Villarán no optó por ningún bando. Y ya sabemos, por la experiencia de Lugo en Paraguay, qué sucede con los que se quedan en el justo medio ético. Allegados a la Teología de la Liberación, Lugo y Villarán debieron haber sabido que “Dios vomita a los tibios”.Ahora bien: es solo en la segunda mitad del 2012 que se habla de exceso de formalización.Octubre del 2012. Paro de transportistas. Pero éstos no dicen exceso de formalización; dicen que Villarán no los deja trabajar, que es indolente para con las necesidades del pueblo.Noviembre del 2012. Dos muertos y más de 100 heridos en el operativo policial de La Parada. La alcaldesa no estuvo al frente del operativo; después alega no haber sabido cuándo se llevaría a cabo. Algunos piensan que se lava las manos. Otros, lo que es peor en su caso, que es tan vaga que no se entera de nada o que no le importa el pueblo, o las dos cosas a la vez. Y puesto que la formalización se ha pagado con el cuerpo popular, se repite con mayor fuerza que es indolente, soberbia; un paso más: pituca.Diciembre del 2012. Ciudadanos vocean su temor a que se desmorone un muro de contención del río Rímac; Villarán asegura que no pasará nada: la construcción está a cargo de una empresa seria, LAMSAC. Días después, cae el muro. Y otra vez, la alcaldesa es vaga e inepta o una pituca sobrada que prefiere el buen nombre de una empresa a la seguridad del pueblo. Su popularidad desciende de 34% a 27%.En resumen, la popularidad de Villarán cae principalmente por la percepción de que es inepta, vaga. A esto se suma, solo en los últimos meses, la idea de que es indolente, soberbia, pituca. Y si bien esta idea guarda mayor relación con políticas concretas (la formalización), la alcaldesa solo desciende 7% en las encuestas. Esto demuestra que el daño principal se hizo a Villarán en los primeros días de su gestión y que se trató de un daño mediático. No quiero decir que su gestión sea buena; es obvio que tiene problemas, pero éstos no pudieron haberla dañado tanto en tan poco tiempo. Digamos, para ser justos, que los medios hicieron caer la popularidad de una mediática y políticamente torpe alcaldesa y que, después, no tuvieron que hacer demasiado para que su mediocre gestión fuese vista como pésima.

FINALMENTE, para tomar la mejor decisión posible, es necesaria la información objetiva, de ambas partes. Para leer el artículo completo ingresa a esta página de la revista Ideele: http://www.revistaideele.com/ideele/content/interrumpiendo-la-buena-educaci%C3%B3n-gubernamental-de-susana-villar%C3%A1n.

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