Realidad venezolana: ¿qué hay detrás del día a día?

Publicado el 08 enero 2018 por Carlosgu82

¿Cómo es un día desde el ojo de un venezolano?

¡Hola! Mi nombre es Fabiana Salazar, tengo 22 años de edad y soy Venezolana. Ustedes quizás dirán “vaya, otro venezolano más” y puedo entenderlos, el tema de la crisis en mi país no es cuento nuevo para nadie, sin embargo, quiero usar estas líneas para contar un poco de mi historia tras el día a día de un venezolano que sigue en su país. Para que me conozcan un poco, soy estudiante universitaria de Ciencias y para “tratar de sobrevivir” me dedico al trabajo por internet, así conocí NCN y estoy probando a ver que tal.

El día a día de un individuo en Venezuela, se basa principalmente en resolver los mil y un obstáculos que se presentan para realizar lo que serían actividades normales en cualquier otra parte del mundo: comer, estudiar, trabajar, etc. Por ejemplo, para ir a la universidad debo luchar con el problema del efectivo, ya que para movilizarme de mi casa a la universidad lo necesito, luego es el costo elevado de la comida y tratar de conseguirla, y por último, pero más aterrador, pedir que tu Universidad no se detenga a falta de presupuesto. ¡Todo un pandemonium!

Y bueno, termina un día y empezamos de nuevo. Otra vez la misma rutina, día tras día con la particularidad del incremento de los mil y un obstáculos, ya que todos los días se acrecienta la crisis por la inflación.  Ahora debemos resaltar que hay crisis de medicamentos, no tenemos seguridad y la situación es cada vez más precaria. Todo a causa de un grupo de personas que gobiernan a beneficio propio. Porque señores  la inflación no es culpa del IMPERIO, o de PORTUGAL, o del BACHAQUERO, o de la GUERRA ECONOMICA. ¡No! La inflación, y me permito citar, “es siempre y en todas partes un fenómeno monetario”. La crisis en Venezuela es culpa del Estado, un estado “socialista”.

Con todo esto se pueden preguntar “¿hay más?” “¡sí! Vaya que si”. Somos un vaso de agua que poco a poco se va llenando. No sabemos cuando se desbordará, pero sabemos que no deja de llenarse. Quienes pueden se van, dejando todo, quienes no, anhelan a los que se han ido y luchan diariamente, y no es que afuera estamos mejor, pero se vive, aquí, en Venezuela se sobrevive. 

¿Qué hacemos para no enloquecer? Personalmente me mantengo ocupada, batallando con los demonios y mantengo la esperanza de que todo mejorará. ¿Que si me quiero ir? Sí, pero veremos. Por ahora estoy acá, viviendo mi realidad venezolana.