Año: 2014
Duración: 87 min.
País: Francia
Director: Quentin Dupieux
Guión: Quentin Dupieux
Música: Quentin Dupieux
Fotografía: Quentin Dupieux
Reparto: Jonathan Spencer, Alain Chabat, Matt Battaglia, Kyla Kenedy
Productora: Orange Sky / Realitism Films / Rubber Films
Mientras que un padre, taxidermista, vacía un jabalí que ha cazado, su hija, Réalité, descubre una videocassette en el vientre del animal. Por la noche, rescata de la basura la cinta y duda entre visionarla o no. ¿Qué esconde la grabación? ¿Qué contiene su imaginación?; Un presentador de un programa de cocina en televisión tiene eccemas en su piel; Jason sueña con dirigir su primera película de terror. Bob Marshal, un productor adinerado, acepta financiar el proyecto, pero pone una condición: Jason tiene 48 horas para encontrar el grito más perfecto de la historia del cine. En esta extravagante búsqueda, el protagonista se verá inmerso en la peor de las pesadillas.
Como habéis leído en la sinopsis, el nuevo film de Quentin Dupieux (AKA Mr.Oizo) se divide en tres historias distintas que de sorprendente forma confluyen en una sola. El cineasta y músico francés se reafirma y rúbrica con Realité como un auténtico genio del absurdo y el surrealismo.
Como en sus anteriores películas, la comedia es el género predominante. Un tono cómico que ha quedado plasmado y lacrado con su propia firma en Rubber, Wrong y Wrong Cops. Pero su humor es muy especial, o lo amas o lo detestas, no hay medias tintas a la hora de empatizar con sus películas.
Realité se aleja un poco de ese surrealismo tan especial al que nos ha acostumbrado, y que nos tanto nos gusta como seguidores de su trayectoria. Pero no erremos conceptos, lo absurdo sigue presente, aunque, esta vez se apoya mucho más en los diálogos que en las escenas, aunque, algunas hay.
La ausencia de una mayor cantidad de escenas con el alto grado de surrealismo habitual, puede ocasionar una sensación distinta, y que el tramo central de la película nos parezca inferior y menos divertida.
Pero Quentin Dupieux guarda un as en su manga y nos mantiene expectantes en un increíble juego onírico. La ausencia de más escenas cómicas en una parte del film, se nos recompensa en el desenlace. Momento tremendamente glorioso que, como espectadores sorprendidos, aplaudimos fervientemente al darnos cuenta del genial ejercicio de metacine y metalingüístico al que nos somete el director francés con un excelente, inteligente y complejo guión escrito por él, nos convierte en protagonistas del film.
La banda sonora, también compuesta por Dupieux, sigue el estilo característico de sus temas de música electrónica. Aunque, se echa en falta una variedad algo más amplia, la pieza principal es tan pegadiza que no importa lo más mínimo.
Realité dispone todos los elementos en segundo plano, tal como hace una aplicación cargada en la memoria ram en un Pc. Ejecuta líneas de código que disponen los elementos, llegado el momento ejecuta la orden final que nos descoloca, sublime.
En el apartado técnico no hay nada que rebatir, Dupieux se encarga de la fotografía y el montaje, hace lo que quiere con su película, que para eso es suya. En el actoral, todos ellos están notables. La aparición de Eric Wareheim, actor fetiche del cineasta, es casi anecdótica, aunque, tiene un par de escenas bastante memorables y muy divertidas.
Los protagonistas del film son Jason interpretado por Alain Chabat (Astérix y Obélix: Misión Cleopatra) y Bob, el productor excéntrico interpretado por Jonathan Lambert un actor francés del que no tengo referencias artísticas, pero aquí lo hace muy bien. Kyla Kenedy (Los tres chiflados) la joven actriz en el papel de la niña, lo hace muy bien. Y aunque apenas habla ni tiene un alto protagonismo, tiene algunas escenas, como la conversación con el director de la escuela, realmente buenas.
Si te gustaron las anteriores películas de Quentin Dupieux, Realité no te la puedes perder. El cineasta francés, ya es sinónimo de garantía.
Puntuación