Este texto empezó a ser escrito el día de Reyes. Y lo he tenido que borrar y empezar de nuevo: “Voy a esperar, que luego hago lo contrario a lo que digo, espera unas semanas…”. Y efectivamente, se ha cumplido mi pronóstico. No es que sea bruja (que un poquito también) sino que ya una se va conociendo.
Empezaba diciendo que no iba a comprar nada en rebajas, que tengo de todo y no necesito nada, que las rebajas son una engañifa, que hay que tener sangre fría antes de lanzarse. ¡Qué inocencia!. Criaturita, todavía pensando en que iba a aguantar sin comprar hasta la primavera. A veces doy hasta penita.
Es que no tengo un duro, que la cuesta de Enero, que tengo que arreglar el coche, nada. No hay forma. Prefiero dejar de comer (y de paso pierdo la lorza navideña) antes que no comprar en las rebajas.
Empecé con los pijamas, resulta que tenía todos viejos y feos (finitos como papel de fumar de tanto lavar, soy muy limpia) y decidí comprar nuevos: TRES. Muy monos y muy calentitos, eso sí.
Y ya una vez que empiezas pues no paras, que si mira que vestido tan mono, que si este pantalón es una inversión, que si que si… que te convences a ti misma.
Y he comprado algunas cosas. Y es que ahora llega la etapa buena de las rebajas: las segundas rebajas, sobre todo las de Zara. Donde encuentras cosas muy baratas y hasta monas. Y si tienes suerte hasta de tu talla. Total. Que voy de vez en cuando.
Y sigo diciendo que a mi las rebajas no me gustan. Es que ni yo mismo me creo las tonterías que digo a veces.
P.D.: Pero no he comprado nada de “Nueva temporada” eh? que con el pretexto de la nueva temporada nos dan coba y caemos en comprar lo que no está rebajado. NO A LA NUEVA TEMPORADA (en rebajas, que luego vendrá la primavera y hay que ponerse fresquito).
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