Aunque la peli cuenta una ficción, lo jodido es que está basada en hechos que están pasando realmente en este mismo mundo. Así está el panorama. Y pensar en eso es un bajón. Encima el film es de un realismo pavoroso, gracias a su acabado casi documental y al gran trabajo de los actores. Pero Kim Nguyen se esfuerza en contarlo todo con delicadeza y, aunque parezca mentira, con cierto optimismo. El resultado es una cinta desgarradora y extrañamente bella, que bien se podría llamar Bestias del sur salvaje.
Lo mejor: destila magia y esperanza a pesar de contar lo que cuenta.
Lo peor: ya sabes lo que vas a encontrar.