Rebelde con causa

Por Mbbp

Yo, a mi edad y con toda mi presunta experiencia, no puedo enseñar nada nuevo ni esencial a un joven, apenas puedo mirar la vida desde delante y explicarlo con adecuadas palabras. Más al contrario, pretendo aprender de él y de esa firmeza suya, disfrazada de ingenuidad o de ignorancia. En todo caso, solo puedo decirle que todo lo supuestamente bueno y malo que vivimos hoy los presuntos mayores, se fabrica en esos cruciales años juveniles, se sedimenta en nuestra historia de presuntos adultos con experiencia y se rompe en la verdadera madurez, cuando uno se da cuenta del, muchas veces, agrio camino andado hasta abandonar la juventud y lo lejos que queda, no obstante, la felicidad soñada desde siempre. Porque es a esa temprana edad juvenil cuando brota -si la dejamos, claro- la rebeldía, la firmeza para ser uno mismo y el ansia por cambiar el mundo! Nada malo en todo ello… aunque a ciertos mayores les incomode aquello que ya no tienen el valor de recuperar, a pesar de estar su alma en juego y sea el único camino hacia su verdadera felicidad!

Si algo nos aporta la edad es, sencillamente, esa amplia perspectiva de la vida, ya poco eterna para entonces, que nos dice que el mundo hay que cambiarlo desde dentro, desde cada uno de nosotros. No valen revoluciones generacionales, ni manifestaciones multitudinarias, ni escenas épicas para mejorar el mundo… sino heroicidades personales, clandestinas, más efectivas y silenciosas de cada ser humano para cuestionarse a sí mismo, redescubrir el joven que aún lleva dentro… y dejar de aceptar el engaño al que fuimos sometidos para llegar a ser adultos. Pero eso siempre cuesta, pues supone aceptar el error de haber madurado demasiado, haber aprendido con él, volver a mirar hacia dentro -dejando fuera e inservible lo accesorio, serio, conveniente y ajeno- y volver a creerse uno capaz de lo que se proponga, como todo joven siente… o debería sentir! Esa sí es una revolución madura de rebeldes ya con causa, a los que la sociedad teme, precisamente, porque su fuerza es su corazón y el alma indomable que los mueve desde dentro y hacia su sueño invencible!

Hoy te traigo un escueto y maravilloso texto escrito por alguien que lee este Blog y que dejó un comentario hace bastante tiempo. Espero no se moleste si lo comparto aquí con vosotros! Está escrito por una chilena de 22 años de edad y relata algo que me es difícil explicar tan bien como ella lo hace. Cuando se actúa y se siente desde dentro, alguien está firme en su propósito y en paz ante su conciencia -aunque tenga revolucionada su cabeza-… debe dejar que la vida decida el devenir, confiando plenamente en ella… todo eso que yo he tardado casi cuarenta años en aprender! Precisamente es la confianza en la vida lo primero que se pierde con la edad y es un placer aprenderlo y poder recuperarla de la mano de alguien que, en su juventud insolente tal vez, su enorme y pura sensibilidad y en su presunta rebeldía, espera que la propia vida haga lo que debe, en el momento que ésta crea más oportuno! Cuántas palabras vacías e inexpresivas hubiera derrochado yo para intentar explicar una verdad tan cruda y real como ésta… ¿será por mi excesiva madurez… o es por mi aún lejana juventud anhelada y perseguida?

Disfruta de este precioso texto…

Desde Mi ventana

Me es difícil entender…
quizás solo deba quedarme quieta esperando que todo pase…
quizás todos los consejos y todas las palabras,
creo que ya hice todo lo que debía….
solo quizas deba esperar… y que sea lo que tenga que ser.
Desde mi ventana imagino mil cosas,
y escucho alguno que otro tema para que la herida sangre,
o para encontrarme con el consuelo en algún lugar de mi habitación….
Desde mi ventana pasó otro día frente a mis ojos
esperando respuestas a mis dudas…
desde mi ventana espero…
que sea lo que tenga que ser …
con las últimas gotas de esperanza y fé….

L. Ch.
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