Para llevar a cabo las investigaciones estuvieron probando con aceite de oliva, aceite de girasol y aceite de lino, cuyo uso no es habitual en España, pero que fue escogido por su alto contenido en omega 3.
Entre los resultados cabe destacar que en un uso repetitivo de aceite de girasol acabaríamos encontrando más compuestos nocivos que en el aceite de oliva. Por compuestos nos referimos a alquibencenos y aldehídos tóxicos, que se generan como consecuencia de la degradación de los ácidos grasos del aceite.
Estas sustancias podrían alterar o impedir el buen funcionamiento de proteínas, hormonas y enzimas. Hasta ahora se sabía que el aceite a ciertas temperaturas emitían aldehídos, algunos de ellos contaminan la atmósfera, y ahora sabemos que los alimentos también podrían incorporar estos compuestos nocivos.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores calentaron los aceites a 190 grados centígrados en una freidora industrial durante 8 horas al día hasta llegar a las 40 horas en el caso de los aceites de oliva y girasol, y las 20 horas en el caso del aceite de lino.
Visto lo visto, la próxima vez que se me ocurra cocinar algo frito me lo pensaré dos veces porque esto de recalentar el aceite puede salir calor, aunque si tengo muchas ganas seguro seguiré preparando platos fritos.
Relacionado con: Aceite de oliva, Aceite recalentado