Los libros afortunados de pasar horas y horas entre mis brazos fueron los siguientes:
El profesor, primera lectura escogida por el Pickwick club, fue bleh siendo generosa, Candy me encantó y me destrozó por igual. Necesité poco más de tres días para leerlo y otros tantos para recomponermee... Con Una madre me reconcilié con la literatura española después de tantos años sin leer un libro escritor por un paisano y, con La tempestad, también puse fin a lustros sin tocar un libro, esta vez, de mi querido Billy.
Y a mi lista de pendientes se ha sumado Los nombres muertos, que pinta ser el nuevo Las puertas de Anubis, ese libro tan molongui que leí hace un par de meses y del que os hablé aquí.
¿Cómo os ha tratado a vosotros abril aguas mil?