Los bancos españoles y la economía española en particular tienen una importante dependencia de la economía portuguesa. La caída de Portugal, que ni deseo ni auguro, sería letal para España.
Esta semana las agencias de rating se han ensañado con los bancos europeos en general y con los portugueses entre ellos, como consecuencia, la mayoría de bonos de los bancos portugueses están calificados como basura. No es un buen síntoma.