Pónganse manos a la masa ya mismo porque con estas cantidades podrán preparar unas 80 galletas de lindo tamaño que dejarán a todo el mundo con corazón y panza contentos.
En un bol, utilizando batidor de alambre, cremá 125 gramos de manteca/mantequilla pomada junto con 125 gramos de azúcar negra (podés utilizar azúcar integral/mascabo en su lugar). Luego, añadí 1 huevo (de campo/pastoril/ecológico) y 125 cc. de miel (orgánica, espesa, de buena calidad). Continúa batiendo hasta integrar bien. Por último, incorporá 1 cucharada de agua potable, 1 cucharada de jengibre en polvo, 1 cucharadita de canela en polvo y 1 cucharadita de clavo de olor en polvo.
Mezclá bien con batidor y agregá, de a poco, 450 gramos de harina 0000 previamente tamizada junto con 1 cucharada de bicarbonato de sodio y una pizca de sal. Uní la masa con cornet/espátula de pastelería-panadería hasta formar un bollo bien tierno. Si lo amasás con las manos, sentirás una textura bien suave y blanda, algo húmeda, pero que no se pegará en tus manos.
Envolvé la masa en papel film y llevala a descansar a la heladera/frigorífico por una hora. Te cuento un secreto: Mi masa - por razones de diversas ocupaciones personales de quien suscribe - descansó algo más de 24 horas en la heladera y aquí está, sin problemas, tierna, fantástica y todo mundo contento con unas galletas exquisitas. De modo que no te prives de realizarla si el tiempo es lo que menos abunda en tu agenda.
Pasado ese tiempo (más o menos... Vos me entendés), estirá la masa con palote/rodillo (yo la dividí en dos partes para que fuera más práctico y para asegurarme de repartir el frío de la masa de manera más proporcionada, ya que frío era lo que sobraba) sobre la mesa apenas enharinada, dejándola de unos 3 mm. de espesor, más o menos. Entonces, con cortante circular (en mi caso de 5 cm. de diámetro), cortá las galletas y con un cortante más pequeño marcá la muesquita típica de algunos botones (como para hacerlas más realistas y divertidas). Por último, con un pico redondo de manga de repostería o con algún otro adminículo que sirva para ese propósito, realizá los agujeritos propios de los botones, aquellos a través de los cuales los cosemos a las prendras.
Con espátula y cuidado (se deforman con facilidad porque no son muy gruesas), levantá cada galleta y disponela sobre una placa cubierta con papel manteca/para cocinar. Según el tipo de papel que utilices, puede que necesites enmantecarlo (yo, en ese caso, empleo rocío vegetal en lugar de manteca/mantequilla) para que se despeguen con total facilidad una vez cocidas. Al ubicarlas en la placa, dejá espacio entre ellas porque al cocinarse crecen hacia los costados (efecto del bicarbonato de sodio).
Hornéa las galletas en horno precalentado a 180° C por unos 15-20 minutos. Una vez cocidas, dejalas enfriar en rejilla antes de guardarlas en recipientes herméticos para que se conserven crujientes y frescas
Algunas observaciones y recomendaciones finales: Para regalarlas, pueden armar cajitas conteniendo tiras de botones de jengibre cosidos a cintas de colores festivos. A los más chicos, les encantará.
Otra idea de decoración puede ser que sustituyan las cintas de tela o hilo por decoración de glasé o por fondant. Es decir, con glasé o fondant (blanco o de colores navideños) pueden realizar el hilo o cordón a cada botón.
Les recuerdo que este tipo de galleta suele ser bastante blandita al salir del horno, volviéndose más crujiente (y algo más durita) al enfriarse.
Si lo desean, pueden añadir a la masa cardamomo y nuez moscada (otras dos especias típicas de la pastelería navideña), y ralladura de limón o de naranja para saborizarlas aun más.
A los retazos de masa que van quedando al cortar los botones sólo tendrán que unirlos con las manos y volver a estirarlos para obtener nuevas galletas.
Si lo prefieren, pueden realizar las galletas con otros formatos de botones: corazones, cuadrados, rombos...
Espero que les divierta tanto como a mí esta idea para regalar y disfrutar con los más chicos (y no tan chicos: en casa, ambas generaciones se reparten de manera equitativa la cantidad de galletas que cada uno come porque les encantan). Pruébenla, así me cuentan que les parece y qué tal les ha quedado.Nos reencontramos en unos días más con otra receta navideña. Hasta entonces, pásenla muy bien, disfruten con sus seres queridos y experimenten en la cocina.