Formas de hacerlas hay miles y cada madre o abuela tiene su toque personal.
También estás las eternas diferencias entre con cebolla o sin cebolla o muy cuajada o poco cuajada.
Yo te dejo aquí mi receta, que es la que he visto hacer en mi casa desde que tengo uso de razón, espero que os guste.
INGREDIENTES:
3 patatas grandes.
5 huevos.
1/2 cebolla.
Aceite de oliva.
Sal.
PREPARACIÓN:
En una sartén se pone a calentar abundante aceite (la cantidad debe ser suficiente para que luego cubra o practicamente cubra, las patatas y la cebolla cuando las echemos a freir.).
Pelamos las patatas y las cortamos en láminas finitas.
Pelamos y cortamos la cebolla, yo la corto pequeñita para que luego no se note mucho en la tortilla pero sí deje su jugosidad y sabor.
Echamos las patatas y cebolla a freir, a fuego medio y removiendo frecuentemente para que no se quemen.
Cuando las patatas ya están doradas pero blanditas las escurrimos y las apartamos en un bol.
Batimos los huevos y se los añadimos a las patatas y cebolla, removemos un poquito y sazonamos bastante.
En la misma sartén (pero quitandole el aceite) podemos hacer la tortilla. Ponemos la sartén a calentar y agregamos la mezcla del bol, cuando veamos que por la parte de abajo está dorada le damos la vuelta. El fuego debe estar flojito para que se haga por dentro y no se nos queme por fuera.
Para darle la vuelta a la tortilla yo uso un plato llano y más grande que la sartén, pero venden sartenes de doble cara para poder darle la vuelta si no se tiene mucha práctica o quieres evitar qumarte o que se desparrame.
Dejamos cuajar la tortilla por la otra cara y cuando vemos que está dorada podemos o bien retirar o bien darle otra vueltecita, depende de como la quieras de cuajada.
Si la quieres cuajada del todo puedes meter la punta de un cuchillo y si sale limpio es que está cuajada.