La forma de prepararlas es la tradicional, ya sabes, se hace una salsa bechamel, con un sofrito de cebolla y espinacas todo bien picado, luego se deja reposar en el frigorífico, para que la masa quede bien compacta, solo queda darles forma, rebozarlas y freírlas, aunque te suene laborioso, seguro que si te pones manos a la obra en un momento las tienes listas.
También puedes hacer el doble de cantidad de masa, las moldeas y las rebozas, las guardas en el congelador y las tienes listas para cuando quieras comerlas, tan solo tienes que sacarlas y freírlas, estarán igual de buenas que acabadas de hacer. Si me dejas darte un consejo, si quieres que te queden muy crujientes utiliza pan rallado que no sea muy fino, así te quedara una cobertura muy crujiente, también puedes hacerles un doble rebozado, las bañas en huevo las rebozas en el pan, las vuelves a bañar en huevo y las vuelves a rebozar.
Creo que no me olvide de nada, pero si tienes alguna duda o pregunta sobre la elaboración o los ingredientes, ya sabes que puedes dejarme un comentario y estaré encantada de poder ayudarte.
Tiempo:
20 minutosValor Calórico:
medioDificultad:
bajaCantidad:
12 a 14 croquetasIngredientes
- 100 g de espinacas
- 1 Cebolla
- 70 g de harina de trigo
- 70 g de mantequilla
- 500 ml de leche entera
- 2 Huevos
- 100 g de pan rallado
- Aceite para freír
- Sal y pimienta molida al gusto
Preparación
- Lava y corta las espinacas en trozos pequeños.
- Pela y pica la cebolla.
Elaboración
Pon una cazuela a fuego medio y echa la mantequilla.Cuando este bien derretida echa la cebolla picada. Echa un poco de sal y pimienta molida la gusto.
Sofríela unos 3 minutos hasta que esté transparente.
Añade las espinacas y echa un poco más de sal.
Sofríelas un par de minutos.
Echa la harina de trigo y lo remueves unos segundos para que se sofría.
Vierte la leche poco a poco mientras lo remueves, para que se diluya la harina.
Cuando hayas vertido la leche lo sigues removiendo con una varilla, para que no queden grumos.
Lo sigues removiendo con la varilla hasta que la bechamel empiece a hervir y a espesar.
Ahora lo pruebas de sal y rectifica si hace falta.
Sigue removiéndolo con la paleta unos 3 ó 4 minutos, hasta que la masa empiece a despegarse de la cazuela.
Entonces retira la cazuela del fuego.
Vierte la masa en una bandeja y la repartes bien.
Deja que se enfríe un poco.
Cuando esté fría ya la puedes tapar con papel transparente.
Introduce la masa en el frigorífico y la dejas reposar de 2 a 3 horas.
Ya tienes la masa lista para hacer las croquetas y freírlas.
Pon una sartén a fuego medio y echa abundante aceite para freír.
Mientras se calienta moldea y reboza las croquetas.
Casca los huevos en un plato hondo y lo bates.
Echa el pan rallado en otro plato.
Coge una cucharada de masa y la moldeas con las manos.
Puedes darle la forma que prefieras, lo más fácil es hacerlas redondas o en forma de cilindro.
Apriétalas un poco con la manos para que queden compactas.
Ahora las bañas en el plato del huevo batido.
La pasa al plato del pan rallado y la rebozas bien.
Haz lo mismo con el resto de la masa hasta que estén todas rebozadas.
Cuando el aceite esté caliente echa unas cuantas croquetas en la sartén.
No eches muchas a la vez para que el aceite no se enfríe.
Fríelas unos 2 minutos por cada lado.
Que queden bien doradas.
Cuando esté doradas a tu gusto ya las puedes sacar.
Las pones en una bandeja sobre papel absorbente, para que suelten el exceso de aceite.
Las sigues friendo hasta que las tengas todas.
Ya las tienes lista para servir.
Ya verás que crujientes y cremosas te han quedado.
Consejo
- Puedes darle la forma que prefieras, redondas o alargadas.
- El tamaño también puede ser el que prefieras, pero el tiempo de fritura variará.
- Una vez rebozadas las puedes congelar, así cuando las necesites solo tienes que sacarlas del congelador y freírlas.
- Puedes sustituir la mantequilla por aceite.
- En lugar de pimienta puedes utilizar nuez moscada.