(Receta Familiar) Alcachofas fritas

Publicado el 25 marzo 2020 por Miguel Carvajal @2caminostienes

Ayer, al salir del trabajo y aprovechando que volvía a casa (y sabiendo que siendo las 3 de la tarde no iba a tener que hacer colas para entrar) hice una parada en el supermercado de al lado de casa para comprar un par de cosas. 
Al pasar por la sección de frutas y verduras en busca de unos tomates, me topé con unas alcachofas que tenían una pinta bestial, y recordé la forma en que mi madre las preparaba. Así que cogí un puñado con la intención de hacerlas por la noche.
La receta no puede ser mas sencilla y rápida, y encima comerlas así es como comer pipas, empiezas y no puedes parar: simplemente hay que freírlas. Si, así de fácil. En casa no solemos hacer fritos, de hecho, no tenemos freidora, pero de vez en cuando hay que darse un gusto con, por ejemplo, unas patatas fritas, o unos filetes de pollo empanados, o como en este caso, unas alcachofas fritas.
Esta receta tiene poco misterio, o ninguno, y según he podido ver por ahí, hay quien las prepara de diferentes maneras, pero os aseguro que no hace falta nada, mas que aceite, alcachofas y sal para hacerlas. 
Ingredientes (para 3 personas):
  • 7 - 8 Alcachofas medianas
  • Aceite de girasol para freír
  • Sal
Preparación:

No hay mucho misterio, y quizás en eso radica la gracia de esta receta, solo hay que tener en cuenta un par de detalles. Uno de ellos es que una vez empecemos a pelarlas, no podemos dormirnos en los laureles, ya que se empezarán a poner negras rápidamente.
Como el proceso es rápido, en este punto ponemos una sartén con abundante aceite de girasol a fuego fuerte.
Lo primero que debemos hacer es quitar las hojas exteriores, las que están mas secas, y las que salen del tallo. Luego, cortamos el tallo, y la parte superior de la alcachofa, lo que son las puntas de las hojas restantes. Estas puntas, las tiramos, pero los tallos, los pelamos y los reservamos.

Deberán quedar como se puede ver en la imagen, los tallos pelados y cortados por la mitad (en la foto todavía no los había cortado), y las alcachofas cortadas en cuartos. En cuanto el aceite esté bien caliente, vamos echando las alcachofas y los tallos, y los removemos cada poco con una rasera o espumadera, y se empezarán a dorar. Y vamos preparando un plato en el que pondremos un par de hojas de papel absorbente de cocina.

En cuanto veamos que están bien doradas, como se puede ver en la foto de abajo, las vamos sacando con la rasera, escurrimos bien todo el aceite que podamos y las vamos colocando en el plato sobre el papel absorbente.

Y conforme las vayamos colocando en el plato, ponemos por encima un poco de sal, a ser posible, gorda, pero si no, de la normal de cocina, no hay problema.
En cuanto las tengamos todas fuera, no conviene dejarlas enfriar mucho, porque perderían el crujiente. La forma de comerlas es arrancando las hojas exteriores, y mordiendo la parte blanda (dejando el resto), y el centro, que estará tierno y jugoso, lo comeremos tal cual, de un bocado.
Si las probáis, os aseguro que repetiréis.