It's a good idea having, from time to time, some comfort food. And now that chilly weather has arrived, I thought it would be perfect making this Milky Salted Caramel. You're gonna love it.
[Nota mental: comprar pajitas bonitas]
¿Recordáis aquellos caramelos de toffee que había hace años, que eran unos bloques rectangulares que se quedaban pegados en las muelas? Yo los adoraba porque tenían un toque dulce pero a la vez salado. Y me encantó redescubrir ese sabor en esta receta.
Creo que lo mejor es que la propia creadora de la misma (o la que la hace de una manera espectacular), Joy the Baker, os enseñe el paso a paso. Si veis que el inglés no es lo vuestro, yo os lo traduzco encantada -mi mail está en la barra derecha del blog-. Aquí tenéis la receta.
La verdad es que yo la he hecho en casa sin nata porque me parecía un abuso ya con lo de "capricho", pero debe ser una maravilla con ese toque de vainilla que le pone. En cualquier caso, os digo mis recomendaciones: no la hagáis con azúcar moreno porque no sabréis cuándo está hecho el caramelo. No olvidéis la sal, que es fundamental. Y no queráis tomarlo nada más hacerlo porque se os va a achicharrar la lengua. Lo he comprobado.
Creo que es una receta perfecta para cumpleaños infantiles. Y para cumpleaños de mayores.
Es más fácil de hacer de lo que parece. Se tardan 10 minutos como mucho. En beberlo ya se tarda menos... ¡Si lo probáis me contáis!