Desde que tengo hijos, las llamadas recetas para niños se han convertido en algo diario. No es que sean especiales, sino que simplemente te acostumbras a ir adaptando los platos diarios a los niños, de manera que coman de todo y que además les guste. Hay cosas que son muy agradecidas, pero hay otras que siempre te complican un poco.
En mi caso, no tengo la suerte de que mis fieras coman fruta sin problemas, así que lo normal es tener que obligarles y tener que usar la imaginación para crear postres con mucha fruta que les resulten atractivos y sanos.
Como veis en el título, la receta de hoy la he preparado para participar en el concurso de Kiwis Zespri, que de vez en cuando viene bien un poco de ayuda en la cocina, y si es en forma de una Thermomix de premio, merece todo el esfuerzo.
El kiwi destaca especialmente por su alto contenido en vitamina C, incluso más que cítricos como la naranja y el limón. Aprovechando que he leído sobre ello, también he aprendido que es una fruta alta en proteínas, rica en sales minerales, potasio, fósforo, magnesio, calcio y hierro.
Y tiene 55 calorías por cada 100 g. Vamos, que si puedes elegir que los niños tomen una fruta sana y sabrosa, que sea el kiwi.
Los kiwis se pueden preparar de mil maneras, en tartas, en bizcochos, en ensaladas de frutas, en tortillas, brochetas, batidos, etc… pero estoy segura de que pocos de vosotros lo habéis comido como os muestro hoy, en unos espectaculares canelones que están hechos de kiwi y que vienen rellenos de una deliciosa crema de natillas caseras. Con esto podéis sorprender al más despistado.
Ingredientes (para 6 unidades)
Para los canelones de Kiwi Zespri:
- 4 kiwis Zespri Green
- 4 cucharadas soperas de miel
Para la crema de Natillas (para unas 4 personas):
- 4 yemas de huevo
- 4 cucharadas de azúcar
- Medio litro de leche
- 1 rama de canela
- La piel de un limón
- 1 cucharada de maizena
- 3 cucharadas de harina
Elaboración:
Para los canelones de kiwi:
Empezamos preparando los canelones. Tenemos que poner en el vaso de una batidora, los kiwis pelados y la miel. Batimos muy bien hasta obtener una mezcla homogénea y fina.
Preparamos una fuente de horno, forrándola bien papel de hornear, doblándole un poco las esquinas hacia arriba. Precalentamos el horno a 75ºC.
Vertemos la mezcla del kiwi en la bandeja, de manera que quede muy bien extendida, y de un grosor muy fino. Yo en lugar de hacerlo todo en una sola bandeja lo hice en dos separadas, para controlar mejor el tamaño. Si no os cabe en una sola, separadlo, porque lo importante es que nos quede una capa fina.
Lo metemos en el horno a 75ºC y lo dejaremos desecar durante 5 horas.
Ese será aproximadamente el tiempo que tarde en desecar la fruta, gelatinizarse y obtener como resultado unas láminas de kiwi manipulables fácilmente, como si fuera una pasta fresca.
El tiempo está comprobado, pero sabréis que está listo cuando al tocarlo con la yema del dedo ya no se queda nada pegado.
Sacamos la bandeja del horno y sin tocarla lo dejamos enfriar totalmente.
Cuando ya se ha enfriado, con ayuda de una espátula de silicona o similar, despegamos la lámina de kiwi del papel. Nos tiene que salir perfectamente y sin dificultad.
Una vez extendida, la cortaremos para que nos queden rectángulos iguales con los que formaremos nuestros canelones.
Sólo con ayuda de una mano, enrollamos para lámina para obtener un canelón y lo dejamos en un plato. Se pueden pegar sin problemas al enrollarlos, por lo que no es preciso sujetarlos con algo más, pero para hacerlo más vistoso y colorista, he utilizado papeles de colores atados alrededor de cada rollito.
Para la crema de natillas:
Ponemos en un cazo la leche con la piel de limón y la rama de canela. Cuando empiece a hervir apagamos el fuego y esperamos a que se temple un poco.
En un bol mezclamos las yemas con el azúcar y la maizena hasta que esté bien integrado.
Poco a poco vamos añadiendo la leche templada a la mezcla anterior mientras vamos removiendo bien. Una vez que lo unamos todo volvemos a colocarlo al fuego bajo hasta que hierva pero sin dejar de moverlas constantemente para que no se pegue. Debemos notar que se va espesando y en cuanto empiece a hervir retirarla también. Si quereis una mezcla muy fina y veis que queda algún grumo pasadle una batidora mientras está caliente y quedará perfecto.
La mezcla de natillas ya está lista.
La crema tiene que tener un cierto espesor, puesto que la vamos a utilizar de relleno.
Colocamos una parte de la crema en una manga pastelera, la suficiente para llenar la manga, y la dejamos enfriar totalmente.
El resto de las natillas las podremos comer tal cual están.
Preparación del plato:
Para finalizar el plato, vamos a rellenar cada uno de los rollos con la mezcla de natillas espesas.
Con cuidado, cogemos un rollo y con la manga pastelera lo rellenamos totalmente. Rematamos por el otro extremo para que nos quede bien lleno.
Completamos así todos los canelones.
Para servirlos se pueden hacer por sí solos, o bien acompañarlos de alguna salsa, nata o azúcar simplemente.
El sabor con un toque ácido del kiwi se complementa perfectamente con el dulce de la crema, pero el contraste de ambos juntos es mágico. Además de que esta presentación es muy original y todos se quedarán encantados de comer algo que no parece fruta.
No es una elaboración difícil, pero sí requiere mucho tiempo. Os animo a que lo probéis.
Espero que lo disfrutéis como yo, mientras tanto, ¡¡deseadme suerte en el concurso!!.
Dime que es Viernes: gastroblog.