Receta para ponerla en una cena

Por Quelacosanoquedeenpicada


Está claro que el objetivo no es fácil, estamos hablando de conseguir en escasos setenta y cinco minutos, contando desde la entrada hasta el postre, algo que para otros llevaría meses, varias entradas de cine, casi una decena de trabajos prácticos y horas y horas de vuelo en la tarea de escuchar y poner cara de que te interesa saber lo que pasó en el último capítulo de la anatomía de Grey. Y encima para esta batalla, solo vas a estar armado con ingredientes que cualquier hijo de vecino puede comprar en el supermercado de la esquina. Tarea difícil pero no imposible. Pensá que después de todo, hasta un caldo de pollo puede terminar en un demi glace.
Lo primero es estar confiado, por eso siempre se recomienda que la cena sea en la propia casa, donde uno sabe como moverse y donde están los tenedores, las cacerolas y las especias para condimentar la comida.
Existen aventurados que aplican esta receta digamos de "visitante" pero para eso se necesita tener todos los pasos previamente estudiados, incluyendo las segundas o terceras opciones, en caso de que ella sea vegetariana o alérgica al ajo. Uno siempre tiene que tener cintura para estos casos y estando atado con los ingredientes, el plan puede terminar en una catástrofe de sopa instantánea.
A nivel de tiempos, siempre ayuda que no se trate del primer encuentro.
Cada caso tiene su propio timming, sin embargo vamos a detallar las condiciones y clima ideal para aplicar nuestra receta.
De ser posible, estaríamos hablando de una tercer cita, con dos buenas experiencias previas, la primera cuando se conocieron, en una discoteca tal vez, donde intercambiaron contactos telefónicos que ayudaron a concretar el segundo encuentro, en algún bar, donde ella se río de algunos de tus chistes y vos tomaste lo suficiente para soltarte, pero no tanto como para mandarte ninguna. Entre chiste y chiste le comentaste que te gusta cocinar y que hacés unas milanesas de berenjena muy buenas. Ella se quedo interesada y el tercer encuentro decantó por su propio peso. Éste, querido lector, es el momento preciso para aplicar esta receta.
Para el momento que ella esté por tocar el timbre, vos ya tenés que tener en mente todo lo que vas a cocinar, los ingredientes preparados, cortados de ser posible y un vino listo para empezar a conversar. (La improvisación dejala para cuando jugás con tus amigos a ver quien hace el mejor chiste rimando con palabras como furúnculo, acá estamos intentando hacer una operación delicada para lo que se necesita tener todo planeado y un pulso quirúrgico.)
Sin embargo, de ninguna manera se recomienda que la comida esté lista cuando ella llegue.
Esto parece un detalle menor, pero no lo es. Hay que tener en claro que todos son mensajes y si ella llega y está todo hecho, significa que vos estás tan interesado que perdiste la mitad de la tarde preparando la cena. Lo cual llega a ser casi un signo de desespero. Te vendés solo.
Tampoco estamos hablando de que ella llegue y vos entes entrando con las bolsas del súper y que terminen comiendo a las mil quinientas, o peor aún, que se canse de esperar y que se ponga a cocinar ella.
Lo cual nos lleva a otra interrogante. ¿Ella tiene que ayudar en la receta?
Si/No/Ns Nc. En este punto, hay varios criterios, sin embargo, sea cual sea la respuesta, es escencial que vos tengas el mando de la cocina en todo momento. La cacerola es como el volante de la nave y vos tenés que ser el capitán, pero también dentro de lo posible, se recomienda encontrar un equilibrio para que ella tampoco se sienta ajena a lo que esta pasando y se ponga a ver una película de Chevy Chase en el living.
Si te queda algún ingrediente por cortar, le podés pedir una mano con eso. Pero tampoco la pongas a cortar cebolla, que se te va a poner a llorar. Ayudar a poner la mesa siempre funciona.
Se recomienda preparar algo para cuando vas haciendo la comida, un plato de entrada, un plato principal, y un postre.
En resumen no menos de un plato y no más de cinco (lo cual sería una fanfarronería de tu parte y otra vez te dejaría al descubierto el nivel de desespero)
Mientras cocinas lavate varias veces las manos, no más de diez veces, porque va a pensar que tenés un toque raro, pero sí lavarse varias veces las manos es importante, porque eso le va a comunicar inconscientemente que sos un tipo limpio y que por lo menos hoy te bañaste, tal vez hoy temprano a la mañana, pero igual cuenta. De todas formas, nunca está de más decirlo: ese día, bañate.
Uno de los grandes secretos de esta receta son las texturas. Hacer una buena selección de texturas es clave para conseguir el objetivo.
No estamos hablando de la textura de un plato en especial, sino de un listado de texturas con el que ella se va a encontrar a lo largo de la noche.
Para esto existen diferentes técnicas: Una entrada crocante, un plato principal cremoso y un postre seco. O por el contrario, crujiente, cremoso, duro o bien, blando crocante y dejando algo cremoso para el final. Como decimos, no hay una sola técnica para esto, pero si se recomienda la variación, si vas de cremoso, a cremoso, la boca se acostumbra y no hay sorpresa.
Junto con el playlist de texturas, entra en juego otra de las variables que pueden hacer de tu receta, un remedio para el amor. No estamos hablando de hacer nada afrodisíaco, por cierto, DE NINGUNA MANERA SE RECOMIENDA HACER UNA COMIDA AFRODISIACA, eso pondría en riesgo todo el plan, es como servile de postre un paquete de preservativos con crema.
La otra variable es la temperatura. Cada plato va a tener una temperatura diferente y todos tienen que fluir junto con las texturas. Volviendo al ejemplo anterior: Entrada crocante fría, un plato principal cremoso caliente y un postre seco y frío. O por el contrario, seco caliente, cremoso caliente, duro frío o bien, blando crocante frío y dejando algo cremoso y caliente para el final.
Siempre se recomienda tener algo cremoso y algo caliente dentro de tu playlist.
Una cosa fría esta bien, pero que todo tu playlist sea frío es un riesgo.
Imaginate como va a estar ella de fría y distante después de comer gazpacho, tartar de carne y helado. Va a ser un cubo de hielo.
Por el contrario si haces una sopa crema de zapallo y queso, gulash y un fondeu de chocolate la matás, la dejás sin margen para hacer cualquier tipo de ejercicio físico. Lo único que quiere es un té digestivo y una cama, pero para tirarse a dormir.
Por eso, se recomienda un playlist equilibrado de texturas y temperaturas.
Recordar siempre que el pan juega de comodín. El pan te sirve para compensar, porque siempre podes servirlo desde frío y blando hasta tostado y crujiente, en rebanadas o pan de molde y sin hablar de los panes saborizados, esos te suman bastantes puntos.
La presentación de los platos es importante. Intentar siempre separar la guarnición, si hacés algo con arroz, intenta servilo moldeado previamente con una taza de té. Es una pavada, pero suma mucho. Y si tenés una hoja verde para ponerle encima, quedaste como un campeón.
Otro pequeño gran detalle es utilizar la técnica del doble plato. Es decir, cuando prepares la mesa, colocá un plato grande y uno chiquito arriba.
El grande para el plato principal y el chiquito para la entrada.
La primera vez que lo hagás, te va a parecer raro, como que estás por almorzar con Mirta Legrand, pero vos confiá.
La doble plato es letal.
Si todo va bien, para la altura del postre ya van por la segunda botella de vino y algún que otro beso. Lo ideal es llegar a este punto y ni siquiera necesitar servir el postre. Pero bueno, si ella insiste, habrá que servirlo.
Eso sí, de ninguna manera sirvas el café junto con el postre.
El café es otro estadio en este proceso y de ser posible hay que estirarla al máximo antes que el café entre en escena.
Porque después del café viene el remis. Y no hay nada que te pueda hacer caer peor la comida, que un remis.
Playlist: Crocante de polenta + Pollo al verdeo* + Mini chocotorta helada
* Si ella es vegetariana podes reemplazarlo x Milanesas de Berenjenas
Aclaración: Si sabes tocar la guitarra, aunque sea los tres acordes de More than words, olvidate de todo esto, podés pedir pizza que ya está.