Uno de los recuerdos que tengo grabados a fuego en la mente, gastronómicamente hablando, es el de un puding casero que servían de postre en un restaurante de Granada, ya desaparecido. Además no soy el único que lo recuerda, ya que a lo largo de los años he ido coincidiendo con gente que solía comer en ese sitio y que como yo, descubrió su puding.
Llevaba mucho tiempo pensando en intentar clonarlo, probar variaciones hasta dar con la receta mágica, pero nunca me ponía a ello. El otro día decidí hacerlo y mirando y comparando recetas al final me decanté por una mezcla propia, y he de decir que ha salido de vicio.
También recibí una sugerencia en twitter de Luz García, del blog Con Delantal, de una receta llamada Pudding Orleans. Desde aquí quiero mandarle un saludo y agradecerle la ayuda :)Vamos con la receta, la cual he adaptado hasta dar con el resultado deseado:
Ingredientes (para 6 personas):
- 1/2 litro de leche (mejor semidesnatada)
- 4 huevos
- 200 gr. de azúcar
- 1 rama de canela
- Bollería que tengamos por casa: croissants, magdalenas, sobaos o similar
- Pan que tengamos de uno o dos días anteriores
- 4 cucharadas de azúcar para el caramelo
- 1/4 de vaso de agua para el caramelo
Lo primero es preparar el caramelo, para lo cual cogeremos un cazo que pondremos al fuego y en el que pondremos las 4 cucharadas de azúcar y el 1/4 de un vaso de agua. Removemos para que no se pegue hasta que se empiece a tostar el azúcar, cogiendo un bonito color marrón. En ese momento lo retiramos del fuego y con MUCHO CUIDADO añadimos el equivalente a un chupito de agua, removemos y lo vertemos en un molde rectangular, procurando que quede bien distribuido por el fondo y los laterales, y lo dejamos enfriar. En este punto podemos poner el horno a precalentar, a 200º, en la posición superior e inferior.
En otro cazo ponemos el medio litro de leche, los 200 gr. de azúcar y la rama de canela, y lo dejamos que caliente bien, removiendo para disolver el azúcar. Mientras tanto, desmenuzamos la bollería y el pan hasta llenar aproximadamente un plato hondo con colmo. Antes de que hierva la leche, la retiramos y la colamos para quitar la canela y los restos de la misma que hayan podido quedar. Esperamos unos minutos que temple, y echamos los huevos, la bollería y el pan desmenuzado. Si son trozos muy grandes, es conveniente pasarle la batidora, pero solo lo justo para que los trozos sean pequeños, pero no deshechos del todo. Volcamos la mezcla en el molde.
Preparamos una fuente del horno poniéndole un poco de agua para el baño maría, colocamos el molde rectangular del puding dentro, y lo llevamos al horno.
Consejo: para evitar que el agua del baño maría salpique, se pueden dejar flotando un par de cáscaras del huevo. No existe un tiempo establecido para retirar el pudding del horno, ya que este dependerá de cada horno. Debemos hacer la prueba de la varilla, es decir, pinchamos y si sale limpia, es que el puding está listo. Además, debe coger un bonito color dorado tirando a marrón oscuro por arriba. Cuando esté listo, sacamos del horno y dejamos que se enfríe, momento en el que desmoldaremos y meteremos al frigo.
Consejo: Se debe servir siempre frío, sacándolo un rato antes del frigo, y con nata montada. Sin nata pierde mucho. También se puede adornar con unos hilos de caramelo líquido en bote como se puede ver en la foto.
NOTA: Se pude hacer solo de pan, pero sale bastante mas simple y basto. Lo ideal es mezclar algo de bollería junto con el pan.