(Receta) Roscos (o rosquillas) de azúcar

Publicado el 01 mayo 2017 por Miguel Carvajal @2caminostienes

Estos roscos son muy típicos en Granada, se preparan normalmente en Semana Santa, junto a otros dulces como las torrijas, por ejemplo. Esta es una receta familiar.
En este caso no estamos en Semana Santa (acabó hace unos días), pero me los pidieron en casa y preparé unos pocos, Con las cantidades que he puesto sale un montón, pero no creo que merezca la pena hacer menos.
Ingredientes:
  • 1 Taza de leche
  • 1 Taza de azúcar
  • 1/2 Taza de aceite de oliva
  • 1/2 Taza de anís (opcional)
  • 1 Huevo
  • 1 Sobre de levadura Royal (7 gr. aprox.)
  • Raspadura de naranja o en su defecto, de limón
  • Harina, la que admita
  • Aceite de girasol para freír
  • Azúcar y canela para adornar
Preparación:
Ponemos en un cazo la leche, el aceite y la raspadura de naranja. Mezclamos con una varilla y lo llevamos a ebullición. Retiramos del fuego y ponemos el azúcar, mezclamos con varilla, y cuando esté templado, añadimos el huevo, y mezclamos bien con varilla.
En un bol grande, ponemos la leche que calentamos antes quitando antes las raspaduras de naranja, 2 tazas de harina, la levadura, y con la varilla vamos mezclando. Llegará un punto en que la varilla no sirva, y seguimos con la mano. Vamos añadiendo harina hasta que la masa esté dura y no se pegue a las manos.
Preparamos una sartén con abundante aceite de girasol, la ponemos a fuego medio, que tome temperatura. El aceite no puede estar muy muy caliente, ya que si no los roscos se quedarán crudos por dentro.

Ponemos un poco de aceite en un plato llano, y vamos cogiendo pequeñas bolas de masa, que amasamos con forma de cilindro largo, de entre 1 y 2 centímetros de diámetro. Hay que juntar bien las dos partes para que el rosco no se abra. Las vamos poniendo encima del plato con el aceite (para que no se peguen a este).
Cuando estén todas, abrimos los pequeños aros hasta que tengan el tamaño de un aro de cebolla, y las vamos pasando a la sartén, le vamos dando la vuelta cuando estén doradas. Sacamos, escurrimos un poco y lo pasamos por un plato donde previamente habremos mezclado azúcar y canela. Y de ahí a una fuente con un poco de papel absorbente en el fondo.
Dejar enfriar y listo. Si quieres conservarlos, basta con meterlos en un tupper o recipiente que se pueda cerrar herméticamente.