Poquitos ingredientes que, seguramente, tienen en casa o pueden conseguir con facilidad y poco trabajo (que en esta época del año, con tanta cosa por hacer en poco tiempo, también se agradece) son las claves de esta receta. Después, a disfrutar de los sabores simples más tradicionales, convidando a nuestros amigos, compañeros de trabajo y familiares.
En un ratito preparamos la masa y cuando nos queremos dar cuenta ya podemos empezar a comer y convidar estas galletas estupendas. ¿Comenzamos?
En un bol, formamos una corona con 230 gramos de harina leudante (la que incluye polvo para hornear o levadura química), tamizada junto con una pizca de sal. En el centro de la corona disponemos 125 gramos de azúcar negra/morena junto con 2 cucharadas de mezcla de especias (preparada con canela, jengibre, nuez moscada, clavo de olor, anís y cardamomo), 100 gramos de manteca/mantequilla blanda/pomada y 3 cucharadas de leche (puede ser vegetal o animal). Con las manos, desmenuzamos los ingredientes del centro hacia los bordes, como si estuviéramos preparando un crumble que, poco a poco, iremos amasando para amalgamar todo.
Mezclamos, entonces, hasta lograr integrar muy bien, formando un bollo de masa. Para ello, debemos tener en cuenta que no quedará armado un bollo elástico al estilo más tradicional sino que se formará, mayoritariamente, por presión, debido a que la mezcla queda con una textura quebradiza, muy tierna y algo arenosa. Una vez logrado esto, envolvemos el bollo con papel film y lo llevamos a la heladera/refrigerador/nevera por unos 30-40 minutos para que se enfríe.
Pasado ese tiempo, tomamos porciones con la mano (del tamaño de una nuez o más pequeñas inclusive) y formamos unas bolitas que iremos acomodando, algo separadas entre sí, en una placa apta para horno, previamente enmantecada o humedecida con rocío vegetal.
Cocinamos en horno precalentado a 160-180°C por unos 20 minutos o hasta que hagan piso y se doren ligeramente. Tengamos en cuenta que no deben pasarse de cocción porque toman un sabor algo amargo poco apetecible.
Una vez horneadas, dejamos enfriar sobre rejilla y podemos guardarlas, por algunos días, en frascos o recipientes herméticos sin perder su textura y manteniéndose frescas (aunque no puedo decirles a ciencia cierta por cuánto tiempo se conservan perfectas porque en casa, cada vez que las preparo, desaparecen en un día o dos, a más tardar...).
Algunas observaciones y recomendaciones finales: En lugar de azúcar negra/morena puede emplearse azúcar integral/mascabo. De hecho, en esta oportunidad, utilicé azúcar negra porque quería terminar un poco que me había quedado dando vueltas por la despensa. En cualquier caso, tanto el azúcar integral/mascabo como el azúcar negra/morena aportan buena dosis de humedad, perfume y color acaramelado a la masa.Pueden preparar estas galletas de un tamaño más pequeño (aunque las originales se aceptan tanto de esta medida como más pequeñitas, algo parecidas a los amaretti más chicos) y se multiplicará la cantidad. Por cierto, con estas proporciones de ingredientes se obtienen unas 32 galletas del tamaño de una nuez.
En las distintas versiones que existen de esta receta (aunque las más tradicionales conservan este formato)se admite aplanarlas un poco al disponerlas en la placa para ser horneadas e, incluso, se les puede realizar un dibujo de enrejado en la parte superior, apoyando con suavidad y ejerciendo ligera presión con un tenedor.
Estas deliciosas y muy perfumadas galletas, conocidas como Kruidnoten o Kruidnoot, se consumen en los Países Bajos durante el Sinterklaas o Fiesta de San Nicolás, también conocida como la Navidad holandesa. Se celebra el 5 y 6 de diciembre (¡hace algunas horas no más!) aunque comienza a mediados del mes de noviembre cuando, Sinterklass o San Nicolás (el personaje que derivó en Santa Claus, nuestro Papá Noel) llega a Holanda, junto a su ayudante (Zwarte Piet o Pedro Negro porque se mancha la cara al bajar por las chimeneas; aunque hay otras versiones que hablan de un deshollinador italiano, un demonio que el santo obliga a realizar buenas acciones y hasta un esclavo negro salvado por San Nicolás al haberle comprado su libertad) en barco a vapor desde España. Desde entonces, los niños holandeses se ilusionan con recibir regalos y dulces de mano de este anciano y regordete obispo con vestimentas rojas, barba blanca y cayado dorado. Por eso, cada noche dejan zanahorias o dulces en medias/calcetines que cuelgan de las chimeneas para tentar al caballo de San Nicolás (Amerigo), que lo transporta por los tejados de las casas, entrando a ellas a través de las chimeneas. Entretanto, la tradición manda colocar los zapatos la noche del 5 de diciembre para recibir regalos, dulces y la inicial de sus nombres en letras de chocolate en la mañana del 6 de diciembre. Esta costumbre derivó de aquella, establecida hacia el siglo XV, cuando se dejaba un zapato en la iglesia y las propinas obtenidas de la gente pudiente se repartían, al otro día, entre la población más necesitada económicamente.
A mí me gusta mucho, en esta época del año, volver a las recetas tradicionales (tal vez porque me traen hermosos recuerdos de mi niñez...). Disfruto enormemente probando nuevas preparaciones y mezclas para lograr panes dulces libres de gluten y/o veganos, budines/queques/bizcochos más saludables y recetas que reemplacen ciertos ingredientes por otros más beneficiosos para nuestra salud; sin embargo, como durante todo el año no suelo preparar muchos dulces y mi cocina no vive llena de golosinas y caprichos, me gusta volver, de tanto en tanto, a las raíces. Como en esta receta en la que hay ciertos permitidos (como la harina refinada o la manteca/mantequilla que no aparecen mucho en mis recetas) que, creo, podemos darnos el permiso de utilizar y comer porque no son grandes cantidades y porque la clave de todo en nuestra dieta se basa en la mesura.
¿Qué les ha parecido la receta? ¿Se animan a preparar estas galletas tan sencillas y sabrosas para regalar, compartir y disfrutar cocinando con los más pequeños de la casa? Espero que les guste mi propuesta y que la preparen porque es muy sabrosa, a la vez que súper fácil, y en un ratito se puede tener unas galletas tentadoras para compartir y disfrutar ;)Nos reencontramos el martes. Les deseo un hermoso fin de semana. Disfruten junto a sus seres queridos, pásenla muy bien y experimenten en la cocina.Textos y fotografías: ©Bouquet Garni RecetasDigiscrap: ©Studio Alexis Design/BCD Designs/Crossbone Cuts Designs/Natashya Lorren/Snips and Snails Designs/Scrappin Serenity/Bouquet Garni Recetas