Recetas de Navidad. Torta especiada

Por Bouquetgarni
Hablamos de especias (canela, jengibre, nuez moscada, clavo de olor...), miel y frutos secos y pensamos, de inmediato, en Navidad. No importa si hace un frío que cala hasta los huesos o si nos derretimos a la sombra, la Navidad parece tener menos gusto a Navidad sin estos ingredientes y sin las clásicas tortas maceradas con sabores y perfumes muy bien definidos. Por eso, hoy les traigo esta Torta especiada, ideal para esta época del año (o para guardarla entre las recetas pendientes hasta el próximo invierno, si vivimos en el hemisferio sur y si resistimos - hasta entonces - la tentación de probarla).

No es nada complicada de preparar. No requiere de mucha mano en la cocina para obtener buenos resultados. En poco tiempo la tenemos lista para disfrutar. No es necesario que la dejemos macerando por largas semanas o meses. Y tiene un acabado final apto para dejar de lujo cualquier otra torta, bizcocho o budín que preparemos en cualquier época del año; es decir, dos recetas al precio de una. Nada mal, ¿verdad? ;)

¡Empecemos! En un bol, disponemos 1/2 taza de manteca/mantequilla (unos 100 gramos) pomada/a temperatura ambiente en cubitos junto con 3 huevos (de campo/pastoriles/ecológicos/de gallinas felices), 1 taza de azúcar integral/mascabo, 1 taza de azúcar negra/morena, 2 cucharadas de miel, la ralladura de una naranja, y 1 taza de leche (vegetal o animal). Con batidora eléctrica, a velocidad baja, batimos un poco para integrar los ingredientes.

Entonces, añadimos 1 cucharada de mezcla de especias (jengibre, canela, clavo de olor y nuez moscada), 1 taza de avena arrollada molida y 1 taza de harina integral fina, tamizada junto con una pizca de sal, 1 y 1/2 cucharadas de polvo para hornear y 1/2 taza de harina leudante (para repostería, la que contiene levadura química). Batir a velocidad baja primero para incorporar estos ingredientes a la mezcla anterior (y para que las harinas no se conviertan en una nube delante de nuestros ojos) y luego, a velocidad máxima, por unos 5 minutos.

En ese momento, agregamos 1 taza de arándanos rojos deshidratados y 1 taza de nueces picadas de manera grosera (para que se noten los tropezones al comer la torta), ligeramente enharinados. Con espátula/miserable/espátula de cocina, realizando movimientos envolventes, integramos la fruta a la mezcla de la torta y la volcamos en un molde previamente enmantecado y enharinado.
Cocinamos en horno precalentado a 180-190°C por unos 50 minutos o hasta que supere la prueba del palillo. Una vez cocida la torta, la dejamos enfriar en el molde hasta que esté templada y, luego de desmoldarla, dejamos que termine de enfriarse por completo sobre rejilla.

Entretanto, preparamos el jarabe con el que bañaremos nuestra Torta especiada. Para ello, colocamos en una ollita 1 taza de azúcar integral/mascabo junto con 1/4 taza de agua potable. La llevamos a fuego medio para que el azúcar se desintegre por acción del calor y cocemos hasta que alcance una consistencia de almíbar (como el que utilizamos para humedecer bizcochuelos/bizcochos y tortas). En ese momento, retiramos del fuego y le añadimos 2 cucharadas de ron y 1 cucharada de manteca/mantequilla. Mezclamos muy bien para amalgamar todo y, valiéndonos de un pincel de cocina, pintamos a la vez que bañamos nuestra torta por todos lados (su cubierta y los laterales) hasta que absorba muy bien. Dejamos que se enfríe por completo.

Lo ideal es dejarla macerar en reposo por 1-2 días para que el jarabe de ron impregne bien toda la miga. Esto se los digo, no sólo porque es lo que se suele hacer, sino por experiencia propia. Incluso, las tortas de frutas se dejan macerar por bastante más tiempo (semanas y hasta meses), cosa que no se hace necesaria en esta preparación; pero, que si se come de inmediato (como fue el caso de la torta de estas fotografías, por razones de antojo y falta de paciencia. Razones que, en definitiva, pueden ser de peso; pero, que atentan contra la receta misma) puede desmoronarse/desmigajarse con cierta facilidad. Háganme caso, déjenla (al menos) de un día para otro a buen resguardo de maridos, hijos, sobrinos, parientes y amigos en general... Y, después, ¡A disfrutar!

Algunas observaciones y recomendaciones finales: Lo primero es insistir en que conviene, definitivamente, dejarla reposar 1 o 2 días antes de comerla. Ganará en sabor, humedad y textura; se los garantizo.Si lo prefieren, pueden utilizar sólo harina integral fina o harina leudante. Eso es cuestión de gusto y de convicción. En cualquier caso, igual recomiendo utilizar la avena arrollada molida de la receta (pueden conseguirla de manera comercial o pueden procesar los copos de avena tradicional, logrando su propia molienda). Del mismo modo, pueden emplear en la receta sólo azúcar integral/mascabo o azúcar negra/morena.Recuerden, en la medida de lo posible, utilizar harinas, azúcares, huevos, fruta y frutos secos, al igual que los deshidratados, de procedencia orgánica/sustentables/que no se utiliza agroquímicos en su cultivo ni antibióticos y prácticas crueles en su crianza. Esto redunda en productos de calidad, favorece nuestra salud e impulsa el comercio justo y el cultivo-crianza con métodos sustentables.

El jarabe de ron que les propongo para bañar la torta/bizcocho es muy útil para cubrir o bañar cualquier tipo de tortas, bizcochuelos y budines/queques/bizcochos en general. Si lo prefieren, pueden reemplazar el ron por brandy, coñac, vino generoso o whisky. En caso de que la torta sea consumida por niños o prefieran no utilizar bebidas alcohólicas, pueden emplear jugo de naranja. De cualquier manera, quedará riquísimo.
Recuerden que para que los almíbares o jarabes con los que bañamos nuestras tortas/bizcochos penetren de manera pareja y eficiente la masa, impregnándola de sabor y humedad, debemos respetar dos reglas básicas: La torta/bizcocho debe estar fría y el almíbar o jarabe caliente (como en este caso) o la torta/bizcocho debe estar caliente (prácticamente, recién salida del horno) y el almíbar o jarabe debe estar frío. Observando ese detalle (que, por cierto, no es menor porque puede malograr este proceso), ninguna masa se nos resistirá. 
Otro tip muy práctico a la hora de bañar con jarabes o almíbares nuestros bizcochos es practicarles algunas incisiones con un palillo para brochette/brocheta por toda la superficie a bañar. Eso ayudará a que el líquido penetre con mayor facilidad en la masa, contribuyendo a humedecerla de manera pareja y más eficiente.
En lugar de arándanos rojos pueden utilizar pasas de uva/uvas pasas negras o rubias, arándanos, frutillas deshidratadas, cerezas maceradas en licor, frutos del bosque frescos, higos secos rubios o negros... De igual manera, pueden reemplazar las nueces por almendras, avellanas, nueces Pecan/de Pecan, nueces de Macadamia...

Esta torta especiada es muy simple de realizar, pero eso no la hace menos sabrosa. Llena de perfumes la casa (de esos aromas que nos traen recuerdos de infancia, de cocinas de madres, abuelas y bisabuelas, de niñez feliz y pastelería sabrosa) y de alegría el corazón. Es deliciosa, de masa tierna, bien húmeda (en especial, si dejan macerar la miga Jajaja), suave, con tropezones de fruta y una cubierta sabrosa, tersa y delicada que no conserva gusto a alcohol y que invita a convidar y comer.
¿Qué me dicen? ¿Les ha gustado mi propuesta? ¿Se animan a prepararla para esta Navidad e incluirla en su recetario? 
Espero que les haya gustado mi propuesta. Nos volvemos a encontrar el  próximo viernes. Hasta entonces, les deseo una estupenda semana. Disfruten junto a sus seres queridos y no se olviden de experimentar en la cocina, que siempre se obtiene algo rico ;)
Textos y fotografías: ©Bouquet Garni RecetasDigiscrap:  ©Kimeric Kreations/Far Far Hill/Bouquet Garni Recetas