Y todo porque Coin tiene a su lado a un cayado mágico muy especial, porque en él se encuentra su padre, Superudito el Rojo. Él es quien le dice en todo momento qué tiene que hacer e, incluso, qué tiene que pensar. Es su padre, debería velar por su hijo, preocuparse por él, buscar lo mejor para él pero, ¿realmente así lo está haciendo? ¿Es eso, ser un rechicero, convertirse en Archicanciller, dominar y destruir el mundo, realmente lo mejor para Coin? Mientras, Rincewind intenta sobrevivir a las guerras de magia, los cambios, el poder descontrolado y la inminente llegada del fin del mundo, de la invasión de Cosas de las Dimensiones Mazmorra y de los Gigantes de Hielo como buenamente puede. En su línea. Y, cómo no, acompañado de seres tan peculiares o más que él. Así, Rincewind conocerá y vivirá una y mil aventuras junto a Conina, la hija de Coen el Bárbaro, una heroína metida a peluquera que se divide entre su lado femenino y su fuerza, su brutalidad, su agresividad y sus ganas de participar en batallas heredadas de su padre. También convivirá con Nijel, un joven que sueña con convertirse en un héroe bárbaro y que está obsesionado con estudiarse un manual y lograr realizar una gran gesta. Por si fuera poco, los tres, Rincewind, Conina y Nijel conocerán también a Creosoto, un serifa obsesionado con las mujeres pero, sobre todo, con los cuentos y el alcohol, que ha conocido tiempos mejores y que ahora se ha visto obligado a abandonar su palacio, sus tesoros, su harén y sus riquezas para salvar su vida. Pero ellos no son los únicos que se han visto envueltos en la locura que supone el fin del mundo. El Equipaje y el Sombrero de Archicanciller también tratan de salvar sus vidas a la vez que intentan adaptarse a la nueva situación e, incluso, desean controlar la situación y dominar el mundo. El nuevo mundo que ha resultado después del enfrentamiento entre la magia y la rechicería, entre los magos y el pequeño Coin, el gran rechicero. Eran muchos los habitantes del Mundodisco que se quejaban del poder de los magos, de su forma de gobernar, de mandar, de hacer y deshacer a su antojo. También eran muchos los que no estaban de acuerdo con el gobierno del patricio. Sin embargo, ahora que ha llegado un nuevo poder, el del rechicero, tal vez se den cuenta de que antes no estaban tan mal. De que la Universidad Invisible, con sus muros infranqueables, sus viejos libros, su biblioteca, sus telarañas, su rutina y, por qué no decirlo, su aburrimiento, quizá no fuera tan mala. Sí, vale, es magia, pero al fin y al cabo no está tan mal, ¿no? Eso parecen pensar los habitantes del Mundodisco cuando ven de lo que es capaz el rechicero. Cómo era eso... ah sí, más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Pues eso. De todo esto y de mucho más nos habla en este libro Terry Pratchett. Y todo, por supuesto, sin perder su gran sentido del humor, su ironía, su cinismo, sus palabras mordaces, sus frases lapidarias y su particular forma de ver el mundo. Perdón, el Mundodisco. Un libro que, me atrevo a decir, es el que más me ha gustado de los tres que he leído hasta ahora. El más ágil, el más trepidante y adictivo, el más completo, el que más me ha hecho reflexionar y, al mismo tiempo, más me ha hecho reír. El que más me ha fascinado. El más complejo pero también el más alocado. Y, por supuesto, el que más os recomiendo.
Y todo porque Coin tiene a su lado a un cayado mágico muy especial, porque en él se encuentra su padre, Superudito el Rojo. Él es quien le dice en todo momento qué tiene que hacer e, incluso, qué tiene que pensar. Es su padre, debería velar por su hijo, preocuparse por él, buscar lo mejor para él pero, ¿realmente así lo está haciendo? ¿Es eso, ser un rechicero, convertirse en Archicanciller, dominar y destruir el mundo, realmente lo mejor para Coin? Mientras, Rincewind intenta sobrevivir a las guerras de magia, los cambios, el poder descontrolado y la inminente llegada del fin del mundo, de la invasión de Cosas de las Dimensiones Mazmorra y de los Gigantes de Hielo como buenamente puede. En su línea. Y, cómo no, acompañado de seres tan peculiares o más que él. Así, Rincewind conocerá y vivirá una y mil aventuras junto a Conina, la hija de Coen el Bárbaro, una heroína metida a peluquera que se divide entre su lado femenino y su fuerza, su brutalidad, su agresividad y sus ganas de participar en batallas heredadas de su padre. También convivirá con Nijel, un joven que sueña con convertirse en un héroe bárbaro y que está obsesionado con estudiarse un manual y lograr realizar una gran gesta. Por si fuera poco, los tres, Rincewind, Conina y Nijel conocerán también a Creosoto, un serifa obsesionado con las mujeres pero, sobre todo, con los cuentos y el alcohol, que ha conocido tiempos mejores y que ahora se ha visto obligado a abandonar su palacio, sus tesoros, su harén y sus riquezas para salvar su vida. Pero ellos no son los únicos que se han visto envueltos en la locura que supone el fin del mundo. El Equipaje y el Sombrero de Archicanciller también tratan de salvar sus vidas a la vez que intentan adaptarse a la nueva situación e, incluso, desean controlar la situación y dominar el mundo. El nuevo mundo que ha resultado después del enfrentamiento entre la magia y la rechicería, entre los magos y el pequeño Coin, el gran rechicero. Eran muchos los habitantes del Mundodisco que se quejaban del poder de los magos, de su forma de gobernar, de mandar, de hacer y deshacer a su antojo. También eran muchos los que no estaban de acuerdo con el gobierno del patricio. Sin embargo, ahora que ha llegado un nuevo poder, el del rechicero, tal vez se den cuenta de que antes no estaban tan mal. De que la Universidad Invisible, con sus muros infranqueables, sus viejos libros, su biblioteca, sus telarañas, su rutina y, por qué no decirlo, su aburrimiento, quizá no fuera tan mala. Sí, vale, es magia, pero al fin y al cabo no está tan mal, ¿no? Eso parecen pensar los habitantes del Mundodisco cuando ven de lo que es capaz el rechicero. Cómo era eso... ah sí, más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Pues eso. De todo esto y de mucho más nos habla en este libro Terry Pratchett. Y todo, por supuesto, sin perder su gran sentido del humor, su ironía, su cinismo, sus palabras mordaces, sus frases lapidarias y su particular forma de ver el mundo. Perdón, el Mundodisco. Un libro que, me atrevo a decir, es el que más me ha gustado de los tres que he leído hasta ahora. El más ágil, el más trepidante y adictivo, el más completo, el que más me ha hecho reflexionar y, al mismo tiempo, más me ha hecho reír. El que más me ha fascinado. El más complejo pero también el más alocado. Y, por supuesto, el que más os recomiendo.